Integrantes de la comunidad mapuche ocuparon esta mañana un predio
ubicado en la provincia de Chubut, del que habían sido desalojados hace cuatro años luego de
una
denuncia por usurpación que formuló el empresario textil Luciano
Benetton.
La posesión del terreno por parte del empresario italiano es
cuestionada ya que fue fruto de una donación del Estado argentino,
realizada hace 100 años, a la Compañía de Tierras Sud Argentino (CTSA), operación que no fue
legalizada ante un notario de la presidencia, sino ante uno particular. Además, el terreno se
encuentra abandonado desde hace 50 años.
Los integrantes de la comunidad Mapuche sostienen que esos terrenos les pertenecen
ancestralmente.
"A partir de hoy, 14 de Febrero, hemos retornado a Santa Rosa a ser lo que somos:
Mapuche, gente de la tierra. Con este gesto queremos
expresar que todos
tenemos derecho a diseñar nuestro propio futuro, que
nuestra acción puede servir como fuente de inspiración, como aporte, como espacio abierto de
participación para quienes revalorizamos la diversidad cultural.
Hoy hablamos, los silenciados de siempre, a los sordos simuladores
que han “gobernado” este país", anunciaron en un comunicado firmado como
Pueblo Nación Mapuche.
El predio
Santa Rosa tiene 535 hectáreas, en el paraje Leleque, a 90
kilómetros de Esquel y a 70 Km. de El Bolsón, en la ruta 40 de la provincia de Chubut. Es
parte de las 900.000 hectáreas de la Estancia Leleque,
perteneciente a la Compañía de Tierras Sud Argentino (CTSA), propiedad de Edizione Holding, es
decir, de la corporación multinacional Benetton.
En agosto de 2002, un matrimonio mapuche formado por
Atilio Curiñanco y
Rosa Rúa Nahuelquir, ingresó en ese predio que se
encontraban abandonado, luego de que
les informen en el Instituto Autárquico de Colonización y Fomento
Rural (IAC) que se trataba de tierras fiscales.
Ni bien se instalaron comenzaron a trabajar la tierra, para escapar de la pobreza y de la
desocupación en la que vivían, en los suburbios de Esquel. Sin embargo,
llegó la orden de desalojo y estalló el escándalo a nivel
mundial.
La imagen de
Luciano Benetton
propiciando el desalojo de los habitantes originarios de la región
fue un tanto contradictoria al perfil de su empresa, donde prevalecen los mensajes anti
discriminación y a favor de la integración de razas.
Hasta el Premio Nóbel de la Paz
Adolfo Pérez Esquivel medió en el caso y los Curiñanco
viajaron a Italia, pero finalmente no consiguieron ni un pedazo de tierra. Ahora,
decenas de integrantes de la comunidad mapuche ingresaron en el
predio, en lo que consideran una "recuperación".
"¿La nieve es propiedad privada? ¿el viento es propiedad privada? ¿El río es propiedad
privada? Mientras tanto nuestro pueblo fue perseguido, desalojado, asesinado, hacinado en los
barrios mas pobres de las ciudades. ¿De quién depende vivir en paz? ¿La democracia ha llegado a los
Mapuche? ¿Se abrirán juicios por la verdad histórica?
¿La jurisprudencia del estado Argentino: concebirá como
“delito imprescriptible”, de “lesa humanidad”, los padecimientos de nuestro
pueblo?", se preguntaron los mapuche.
"Últimamente y de forma reiterada se habla de derechos humanos:
¿será que los mapuche no somos considerados humanos? ¿Y la
Constitución, los Convenios Internacionales, los Tratados por la Paz son palabras vacías?",
cuestionaron.