“Matala de una vez por todas.” La voz enérgica de Anabela se mezcló con los gritos desesperados de su madre, que agonizaba sobre la cama. Después de que uno de los ladrones obedeciera esa orden, ella encendió la televisión, se sentó en el sillón y con su lengua movió varias veces el piercing que le cuelga de sus labios pintados de negro. Mientras sus dos hermanas más chicas seguían atadas, fumó un cigarrillo tras otro y les pidió a los asaltantes que estuvieran atentos a la llegada de su padre. Lo esperaron detrás de la puerta y hasta tuvieron tiempo de sobra para medir en qué parte de la cabeza le pegarían el primero de una serie de golpes certeros.
Horas después, la chica de cuerpo frágil y cabello rojo con forma de puercoespín le dijo a la Policía que fue tomada como rehén durante un trágico asalto. Pero nadie le creyó. Para los investigadores, la joven de 17 años planificó el doble crimen porque odiaba a sus padres. Juan Alberto Gentile y Rosana Haag, ambos de 38 años, fueron degollados en la madrugada del lunes 16 en su chalet de dos plantas de la localidad de Francisco Alvarez, ubicada en el partido de Moreno. Por los homicidios fueron detenidos Germán Godoy y José Salinas, de 26 y 20 años. La chica, imputada por ser la presunta autora intelectual del hecho, los habría contratado para que mataran a sus padres a cambio de 30.000 pesos que su madre, que era martillera, habría obtenido por la venta de una propiedad. Pero los asaltantes no encontraron el dinero y se sientieron estafados.
Los delincuentes habrían ingresado en la casa a las 4 de la madrugada. Sorprendieron a la mujer en el dormitorio y después de torturarla para que les dijera dónde guardaba la plata, la degollaron. Después revolvieron toda la casa y esperaron a Gentile, quien llegó a las 7 de su trabajo en Autopistas del Sur. “En esas tres horas, según dijeron las nenas, miraron televisión en el living. Al hombre lo mataron a martillazos y a puñaladas con una faca y un cuchillo que fueron encontrados en el baúl del auto de las víctimas”, contó una fuente policial.
El cuerpo de Gentile fue hallado en la sala de estar. En el picaporte había manchas de sangre, por lo que se cree que intentó escapar. Su mujer estaba sobre una cama, en la planta alta de la casa. La caja fuerte fue abierta a martillazos, pero no encontraron la plata que, se presume, les había prometido la chica. “No sabemos cuál de los ladrones mató al matrimonio, pero los dos tenían al menos 12 cortes cada uno”, explicó una fuente de la fiscalía de Moreno.
Confesión. “El odio que ella les tenía a sus padres se de- sencadenó cuando les confesó hace un mes que era lesbiana y tenía novia”, contó un familiar de la chica. Su abuelo, Silfredo Haag, le dijo a PERFIL que su hija “era la persona más buena del mundo” y que no podía creer lo que había pasado.
La jueza de Menores de Mercedes, Mirta Guarino, le dijo a PERFIL que el 28 de septiembre “la mujer se acercó a la Municipalidad para averiguar dónde podía internar a su hija, a quien llevaba al psicólogo desde los 11 años. Se escapó de la casa un par de veces, pero no tiene nada que ver con lo que ocurrió”.
También confirmó que la chica fue procesada porque hay elementos que la comprometen. “Tenemos semiplena prueba de que participó del hecho. Ahora se encuentra alojada en un instituto de menores bonaerense. La declaración de las nenas fue terrible. Contaron todo con lujo de detalles”, agregó.
“No me sorprende lo que pasó”, declaró el tío de la chica a la radio Zíngara de Moreno. Según confirmaron a PERFIL fuentes del caso, hace unas tres semanas la joven amenazó a su madre con una tijera. Se puso una capucha y se vistió de blanco de la cabeza a los pies. Mientras la corría por la casa, le dijo que la tenía cansada. Su padre evitó el ataque. “Te voy a matar”, la amenazó.
El plan de Anabela se deshizo a medida que se contradecía ante los policías que fueron a la casa por su denuncia. Cuando le preguntaron por dónde habían entrado los delincuentes, ella titubeó y dijo: “Abrieron la puerta a patadas”. Los peritos comprobaron que la puerta no tenía marcas. “Me equivoqué. Se metieron por la ventana”, se rectificó la chica. Luego contó una historia poco creíble: dijo que ataron a sus hermanas y a su madre mientras a ella la pasearon por toda la casa a punta de pistola en busca de dinero. “Eran tres o cuatro”, dudó. Además, dijo que al final llevó a dos de los ladrones en el auto de sus padres, un Fiat Palio Weekend azul, hacia un barrio cercano. Luego fue hasta la casa de una amiga para contarle del robo. “Me parece que lastimaron a mis viejos”, le dijo.
Killers. Según los investigadores, Anabela comenzó a planear el crimen cuando conoció, hace unos seis meses, a Germán Godoy, quien hasta febrero de este año cumplió una condena de cuatro años por robo. Lo contactó en la plaza, donde se juntaban a tomar cerveza. Además, él iba a hablar por teléfono al locutorio de la tía de la chica y vivía en el barrio. Los investigadores creen que en el hecho habrían participado otros dos hombres que luego les dieron refugio a Godoy y a Salinas, los dos detenidos. Uno de ellos fue exonerado por estar vinculado a un robo de autos y el otro por facilitar la fuga de presos. Los dos integraron la Policía Bonaerense.
Las nenas declararon que los ladrones tenían una especie de pasamontañas. El que mejor las trató les dijo: “Las cuido yo porque soy el más bueno de todos”.
El martes 17, Anabela no se mostró sorprendida cuando la detuvieron. Ni siquiera armó una nueva puesta en escena. Su novia, Emilse, una estudiante universitaria de 20 años, la despidió con un abrazo y le prometió que le escribiría una carta. Ella siguió fumando con ansiedad y miró con frialdad a las policías que la llevaban esposada. No se le cayó ni una sola lágrima.
Diario Perfil.