“Mandaron a matar a mi mujer”. El intendente de la ciudad puntana de La Calera llora mientras pronuncia estas palabras. Su esposa quedó tendida en la puerta de su casa tras haber sido atacada a balazos por dos hombres que se movilizaban en moto. Romina Celeste Aguilar murió en el acto y los investigadores manejan las hipótesis de un ajuste de cuentas o crimen por encargo, aunque no descartan otros móviles. “Cómo les explico a mis hijos”, se preguntó el jefe comunal.
Aguilar era la esposa del intendente de La Calera, Diego Lorenzetti, tenía 32 años y un hijo. Junto a su familia vivía en la manzana 78 del barrio Faecap, en la ciudad capital.
Ayer a las 6.40, la mujer sacó su camioneta Renault Duster para ir rumbo a la escuela de La Calera, donde era alumna del Plan PIE (plan de estudio secundario provincial), como todos los sábados.
Se bajó para cerrar el portón y fue sorprendida por dos jóvenes que se movilizaban en una moto. La atacaron, la arrastraron por el suelo unos diez metros y dispararon, al menos, cinco tiros. Dos impactaron en su cuerpo. Murió en el acto y los agresores escaparon.
Según fuentes policiales, no se llevaron la camioneta ni ninguna de sus pertenencias, aunque los investigadores no descartan la
hipótesis del robo. Una de las posibilidades es que se haya resistido a ser víctima de un asalto y por eso fue asesinada. Pero también hay otras líneas de investigación que apuntan a un ajuste de cuentas, una venganza o un crimen por encargo. Se busca determinar si la mujer o su marido tenían deudas o problemas con terceros.
¿Problemas financieros? Los medios locales hablan de deudas vinculadas al juego relacionadas con el intendente. Destacan que Lorenzetti estaría vinculado al mundo de los caballos. Apuestas, burros, carreras y el dinero parecerían ser parte de sus debilidades.
El hombre declaró al sitio San Luis Informa: “Me mandaron a matar a mi mujer, cómo les explico a mis hijos”. De esa manera deslizó la posibilidad de que el crimen esté vinculado a un ajuste de cuentas.
La División Homicidios de la Policía Provincial y la jueza de Instrucción Penal N° 3, Virginia Palacio, iniciaron la investigación del hecho. La magistrada ordenó el traslado del cuerpo de Aguilar a la morgue judicial de la ciudad de San Luis, para que se le practique la operación de autopsia
correspondiente. Los investigadores creen que para el asesinato se utilizó un arma de guerra, que sería calibre 11.25. Ahora, determinar el móvil del homicidio es primordial para dar con los culpables.