SOCIEDAD

Mensaje del Papa a 9 años de Cromañón

Francisco no se olvidó de la tragedia que lo conmovió en 2004.

Familiares prometieron seguir movilizados por la causa de Cromañón
| Cedoc (archivo 2013)

 El papa Francisco envió un mensaje para las familias de las víctimas de Cromañón en un nuevo aniversario de la tragedia, en el que alentó a renovar la esperanza y aseguró que "las heridas duelen y más todavía cuando no se tratan con ternura" y no pueden "esconderse ni ocultarse".

El mensaje fue leído por el obispo Jorge Lozano, quien por mandato de Jorge Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, acompañó espiritualmente a las familias desde el momento de la tragedia que provocó 194 muertos.

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El pontífice argentino pidió: "Sepamos tratar con cuidado y ternura todas las heridas. Están allí: no es posible esconderlas ni negarlas" y sostuvo que "sólo una tierna caricia desde nuestro corazón, con silencio y respeto, puede aliviar".

"No puedo olvidar a los chicos de Cromañón, a sus padres y a sus familiares", dijo el Papa, y pidió a monseñor Lozano que les haga llegar su "recuerdo y cercanía".

Francisco rogó a Dios que les acerque a todos "su consuelo cálido de padre y nos enseñe a todos a no quedarnos solos sino a seguir buscando la compañía de los hermanos" y les deseó una "santa Navidad" y que "Jesús los bendiga y la Virgen los cuide".

"Por favor, no se olviden de rezar por mí", cerró su mensaje en medio de aplausos en la catedral metropolitana, donde el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, presidió la misa en memoria de las víctimas de la tragedia del 30 de diciembre de 2004.

En el marco de la eucaristía, los familiares acercaron al altar 194 velas, una por cada una de las víctimas mortales del incendio en el local de Once durante un recital del grupo Callejeros.

La conmemoración del siniestro en el local de Once comenzó ayer con la proyección del documental "La lluvia es también no verte..." sobre la calle Bartolomé Mitre, en Once, a metros de donde se encontraba el boliche Cromañón, y siguió hoy con una jornada de "arte participativo" en Plaza de Mayo.

Allí se pintaron y estamparon remeras alegóricas al trágico incendio y hubo espectáculos musicales, mientras un grupo de baile guiado por tamboriles interpretó una coreografía con remeras con la leyenda "Los tambores no callan".

Inmediatamente después de la tragedia, las iglesias fueron las primeras en reaccionar en forma institucional frente a quienes exigían respuestas y buscaban consuelo.

El siniestro, según denunciaron en los días siguientes, puso al descubierto la corrupción, impericia y omisiones del poder político de la ciudad.

Algunas horas después del hecho, el entonces papa Juan Pablo II envió un telegrama en el que expresó su "profundo pesar" por las numerosas muertes jóvenes.

En la madrugada del 31 de diciembre de 2004 Bergoglio, hoy papa Francisco, visitó a heridos en hospitales y cada tanto presidió misas durante el aniversario.

Bergoglio también expresó su cercanía con el líder de Callejeros, Patricio Fontanet, a quien escribió en varias oportunidades o llamó al penal de Ezeiza, aún después de ser proclamado Papa.