A dos meses del inicio del juicio que investiga la muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin, la justicia rechazó este martes el pedido del endoscopista Diego Bialolenkier de acceder a una "probation" para evitar el juicio oral en el que tanto él como la anestesista Nélida Inés Puente serán juzgados por "homicidio culposo en grado de coautores".
De esta forma, la Cámara de Casación Penal no hizo lugar a su pedido de realizar tareas comunitarias, y ratificó el comienzo del juicio oral para el próximo lunes 10 de junio. "Estamos conformes sobre todo porque esto fue una maniobra dilatoria por parte del endoscopista. Estábamos en conocimiento de que la Cámara no suele dar curso a los pedidos de probation en casos de homicidio culposo, así que esperábamos una resolución en este sentido", relató a PERFIL Diego Pirota, abogado de la familia.
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Pérez Vopin murió el 6 de febrero de 2018 mientras se sometía a un estudio endoscópico en el sanatorio La Trinidad del barrio porteño de Palermo. Había ingresado el día anterior por un dolor abdominal agudo que, al parecer, no era nada grave. Sin embargo, una hora después de su ingreso a la sala de operaciones, los médicos firmaron su acta de defunción.
La autopsia determinó que murió por "una perforación instrumental del esófago torácico, que luego le produjo un paro cardiorrespiratorio". En este marco, Bialolenkierse y Puente están acusado de "homicidio culposo en grado de coautores". De ser declarados culpables enfrentan entre 1 a 5 años de prisión, y de 5 a 10 años de inhabilitación profesional.
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"Los dos tuvieron, en distintos momentos, una actuación decisiva en la muerte de Débora y esto lo afirma la autopsia que demostró que las lesiones que tenía en su cuerpo fueron instrumentales y que la muerte fue violenta", detalló Pirota en diálogo telefónico con este medio.
En este sentido, sostuvo que al ser Bialolenkierse la única persona que introdujo intrumental en el cuerpo de la periodista, fue el responsable de haber provocado la perforación que desató la crisis. En tanto, la anestesista es juzgada por dos cuestiones posteriores: por un lado, por no haber conectado a Pérez Volpin a los equipos de control de frecuencia cardíaca y respiratoria, que habrían permitido descubrir la lesión en el momento en que se produjo. Por el otro, por haber realizado maniobras de reanimación deficientes e incorrectas para ese tipo de crisis, lo que agravó el cuadro y aceleró la muerte.
El juicio oral comenzará el próximo 10 de junio, y desde el tribunal anticiparon que el último alegato será el 28 de junio. "Creemos que antes de la feria judicial vamos a tener la sentencia", manifestó Pirota.
MS EA
