“Aceptamos la amnistía porque era la única forma de volver, pero esto no tendría que haber empezado nunca”. Con esas palabras, la activista de Greenpeace Camila Speziale regresaba ayer al país junto a Hernán Pérez Orsi, tripulante y también activista de la ONG. Ambos se reencontraron con sus familias y compañeros en el aeropuerto de Ezeiza.
Camila y Hernán permanecieron más de dos meses detenidos en Rusia por intentar trepar a la plataforma petrolífera flotante de la empresa estatal rusa Gazprom –socia de Shell– ubicada en el mar Ártico. El objetivo de esta acción de Greenpeace era colgar una bandera para denunciar los riesgos ambientales de la extracción de petróleo en la zona. Camila denunció que su detención fue ilegal dado que se encontraban en aguas internacionales: “Somos completamente inocentes, lo único que queremos es proteger el planeta”. En este sentido, aseguró que el gobierno ruso les debe las disculpas a los treinta activistas de todo el mundo que fueron encarcelados. Por su parte, Pérez Orsi señaló: “Nos usaron de chivo expiatorio o de ejemplo para que a nadie se le ocurra protestar”. Y resaltó: “Esta pesadilla va a terminar cuando nos devuelvan el barco, el Arctic Sunrise, y cuando el ártico sea un santuario natural”.
Los activistas fueron acusados de piratería y luego de vandalismo. Camila expresó que lo peor de estar encarcelada fue el daño psicológico provocado por el aislamiento, el desconcierto y la confusión: “No sabíamos qué iba a pasar y a la vez sentíamos la injusticia de estar presos”. La joven de 21 años aseguró que no sufrieron agresiones físicas. En coincidencia, Hernán expresó que fue una experiencia dura, para la que nadie está preparado. El marplatense manifestó además que es muy temprano para analizar si lo volvería a hacer, sin embargo considera que lo sucedido reafirma sus valores y compromiso con Greenpeace. Del mismo modo se expresó Camila: “No me arrepiento de haberme subido al Arctic Sunrise” y agregó: “Voy a seguir luchando por mis ideales”.
Néstor Speziale, padre de Camila, expresó a PERFIL: “Jamás imaginé que esto podía pasar. En las acciones que hizo en Buenos Aires algunas veces la detuvieron, pero solo por unas horas. Sentí mucho miedo”. Paula Boscaroli, madre de Camila, aseguró que no se interpondrían si Camila decidiera participar de otra acción. “Ella es una persona muy comprometida, además tiene 21 años, no puedo prohibirle que tome sus decisiones. Eso sí, la próxima vez que quiera irse para una acción de Greenpeace ya voy a estar curtida”, advirtió entre risas. Ambos padres viajaron a Rusia. Néstor estuvo en Murmansk, donde Camila y Hernán, cumplieron el primer tiempo de sus condenas antes de ser trasladados a San Petesburgo y Paula viajó para recibir a su hija antes de que saliera en libertad bajo fianza.