Descontrol, peleas en las playas y boliches, manifestaciones pidiendo “libertad” por las calles de los balnearios top de la Costa atlántica; además de muy poco uso de barbijos y ningún tipo de distanciamiento social: así parecen estar viviendo los jóvenes una temporada de verano cruzada por las restricciones y medidas adoptadas por las autoridades de las principales localidades veraniegas para morigerar el aumento de contagios de Covid-19.
Esta semana, Pinamar y Mar del Plata quedaron en el centro de las polémicas, tras conocerse diferentes hechos de violencia o disturbios provocados por los jóvenes. En el caso de Pinamar, por ejemplo, apenas cierran los bares y boliches a la 1 de la madrugada, los chicos arman verdaderas manifestaciones en las calles reclamando en contra de las restricciones que rigen en esa ciudad. Las marchas son acompañadas por canciones de canchas, aplausos e insultos. En este último caso, una de las figuras apuntadas es el presidente Alberto Fernández.
Por lo general las marchas terminan en la playa, donde se arman verdaderas fiestas al aire libre, donde la música y el alcohol dominan la escena. Su duración varía de acuerdo a la llegada de las fuerzas de seguridad, que se encargan de dispersarlos con sus móviles.
Atentos a estas circunstancias, este miércoles el intendente de Pinamar, Martín Yeza, decretó la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas y el uso de parlantes en playas y plazas de esa localidad. El objetivo apunta a evitar la concentración de personas en esos lugares, en especial, después de la pelea que protagonizaron el martes cerca de un centenar de jóvenes en uno de los balnearios “boutique” de la ciudad.
Desde Pinamar indicaron que la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en espacios públicos surge de la ley nacional 24.788. “Lo que estamos haciendo es recordar que la ley está vigente y que actuaremos en forma conjunta con las fuerzas de seguridad para evitar que los jóvenes no circulen con conservadoras o heladeras transportando bebidas alcohólicas”, expresó el secretario de seguridad, Lucas Ventoso.
Sobre los parlantes, el funcionario expresó que “se controlará su uso ya que no podrán superar ciertos decibeles que están establecidos en la ordenanza municipal 3318/06, que propicien o estimulen la concentración de personas y den lugar al incumplimiento del distanciamiento social preventivo y obligatorio”.
Las medidas
buscan evitar
concentraciones
y tumultos
en playas y calles
En el caso de Mar del Plata, en tanto, otro hecho de violencia se produjo en la madrugada de este jueves. Se trató de una pelea entre dos grupos de personas en el balneario La Caseta, en el sur de esa ciudad balnearia. Si bien los grupos se encontraban dentro de sus “burbujas sanitarias”, una discusión de mesa a mesa derivó en una fuerte pelea en la que llevaron las de perder el grupo minoritario, conformado por amigos de la localidad bonaerense de Monte Grande. No conformes con la golpiza, los agresores persiguieron a sus víctimas a bordo de un automóvil por la ruta 11, ya que los bonaerenses escaparon en un colectivo de línea. Fuentes de la investigación confirmaron que los agresores ya fueron identificados, mientras que los jóvenes golpeados no registraron heridas de gravedad.
El chico agredido en Mar del Plata declaró ayer ante la fiscal
La fiscal Andrea Gómez, quien lleva el caso del joven turista Matías Montín, agredido en la noche del martes 19 en el boliche Ananá de Playa Grande, fue hoy al Hospital Privado de Comunidad (HPC) donde permanece internado y lo entrevistó, oportunidad en la que el joven dijo “no recordar nada de la pelea en la que le pegaron con una botella de champagne en la cabeza”.
El joven de 20 años, que se encuentra por estas horas internado en terapia intermedia, reconstruyó ante la fiscal Gómez los momentos previos a ser golpeado, como en flashes. Apenas terminó su testimonio, Montín sufrió una recaída en su cuadro de salud y quedó bajo monitoreo de los neurólogos del Hospital Privado de Comunidad (HPC).
Según la declaración, la víctima dice que recuerda haber visto a su amigo Santiago en el baño del boliche Ananá con sangre en la cara, por haber sido golpeado por un joven a quien no conocía, y que sería Matías Belloso, el jugador de Arsenal que está imputado en la causa, pero que se encuentra en libertad. En este sentido, el joven le manifestó a la fiscal de la causa que él “salió del baño para preguntarle a Belloso por qué le había pegado a su amigo”, pero sus recuerdos se interrumpen.
Luego, dijo, recordó otra escena: estar sentado, rodeado por sus amigos y con una enfermera del boliche que le pone un paño en la cabeza, al tiempo que recuerda sentirse mojado con su propia sangre y que lo trasladaron al hospital.
En todo momento, Montín le aseguró a la fiscal Gómez que “no conocía a los agresores y que a Belloso lo identificaba por haberlo visto en los medios”.
Según se pudo saber, en los próximos días se espera que la fiscalía tome testimoniales a los amigos del chico y al personal que trabaja en el reconocido boliche de Playa Grande.
Mientras tanto, Andrés Bracamonte y Gabriel Galvano continuarán detenidos hasta tanto la Justicia de Garantías resuelva el pedido de excarcelación presentado por su abogado, Sergio Fernández. A su vez, en la causa por lesiones graves también se encuentra imputado aunque en libertad, Marcelo Belloso, jugador de Arsenal e hijo del dirigente de la Conmebol y ex futbolista, Gonzalo Belloso.