La emoción contenida en un perro al ver llegar a su dueño es uno de los comportamientos más comunes. Un estudio publicado en la revista Current Biology afirmó que los canes no sólo mueven su cola de felicidad o ladran cuando se reencuentran con sus amos, sino que también pueden llorar de alegría.
El equipo encabezado por el científico japones Takefumi Kilkusi de la Universidad de Azabu publicaron confirmó que los ojos de los perros pueden llenarse de lágrimas de felicidad cuando se reencuentran con sus dueños después de un largo período de ausencia. Al igual que los humanos, los perros tienen conductos lagrimales que se llenan de lágrimas para mantener sus ojos limpios y sanos, aunque no lloran de la misma forma, es decir, no se derraman por su rostro.
Los investigadores seleccionaron a 18 perros y descubrieron que cuando estos se reencontraban con sus dueños aumentaba un 10% su volumen de lágrimas en comparación con la humedad habitual. Para probar la teoría, los académicos de Japón colocaron cintas de papel absorvente debajo de los ojos de los canes durante una interacción normal con sus dueños.
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Lluego, hicieron lo mismo pero con perros que pasaron entre cinco y siete horas separados de sus dueños. Para ver si las lágrimas estaban relacionadas con sus emociones, Kikusui junto a su equipo le aplicaron a estos animales una solución que contenía oxitocina, la hormona relacionada a las emociones y encontraron que las lágrimas de los perros aumentaban.
Sin embargo, esto no sucedía si veían a una persona conocida que no fuera su dueño. "Nunca habíamos oído hablar del descubrimiento de que los animales derraman lágrimas en situaciones alegres, como al reunirse con sus dueños”, indicó el científico para la revista Current Biology.
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La oxitocina, la hormona "del amor" une a los perros y amos
Si bien aquellas personas que tienen como mascota a un canino pueden estar más familiarizados con el movimiento de la cola o el lamido de la cara, las lágrimas de un perro también pueden afectar a su compañero humano. La mirada del can estimula la secreción de oxitocina, lo que hace que los dueños sean más cariñosos o protectores con su mascota.
Los científicos también encontraron que los dueños sentían más deseos de cuidar a sus mascotas cuando los veían con ojos llorosos. En ese sentido, los investigadores señalaron: “Sus lágrimas podrían desempeñar un papel en la profundización de las relaciones mutuas y conducir aún más a la unión entre especies".
"Los perros se han convertido en compañeros de los humanos, y podemos establecer vínculos”, concluyeron
MS/fl