SOCIEDAD
paros por reclamos salariales y jornadas pedagógicas

Preocupa la pérdida de días de clases en las escuelas públicas en el primer semestre

Según datos del Observatorio de Argentinos por la Educación, la interrupción de la continuidad escolar fue mayor en los colegios estatales, donde el 75,8% de las familias reportó interrupciones, que en las de gestión privada, donde la cifra es menos de la mitad: 34,1%. En las instituciones públicas, el principal motivo son los paros docentes (32%), mientras que en las privadas se debe a las jornadas pedagógicas (31%), reclamos (28%) y problemas climáticos (13%).

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Vacaciones. El 21% de las madres consultadas afirmaron que sus hijos perdieron más de diez días de clase y el 18% entre seis y diez. | cedoc

La vuelta a la presencialidad plena en las escuelas no resolvió los problemas de fondo. Según una encuesta nacional, los alumnos que concurren a establecimientos primarios perdieron hasta diez días de clases durante el primer semestre del año, lo que en algunos casos equivale a dos semanas extras de vacaciones de invierno.

El dato surge del informe “Continuidad escolar: pérdida de días de clases durante el primer semestre de 2022”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, realizado por Guillermina Tiramonti (Flacso Argentina), Gabriela Catri y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).

El trabajo se basa en la Encuesta Nacional Escolar (ENE), realizada en julio a una muestra representativa de 500 madres de todo el país con hijos en la escuela primaria (estatal y privada).

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Clases
Los reclamos de los maestros fueron la principal causa de la interrupción en los colegios públicos.

Según este informe, al que accedió PERFIL, el 60,8% de las madres consultadas reconocieron que sus hijos perdieron días de clase en primaria durante el primer semestre del año. 

El relevamiento precisa que la interrupción de la continuidad escolar fue mayor en las escuelas estatales (donde el 75,8% de las familias reportan interrupciones) que en las escuelas de gestión privada (donde la cifra es menos de la mitad: 34,1%).

El estudio aclara que en Argentina “no hay información pública disponible que permita monitorear el cumplimiento efectivo de los días de clases”. Por eso, el cuestionario implementado en la ENE pone especial foco en la continuidad escolar

El 21% de las madres encuestadas afirmaron que sus hijos perdieron más de diez días de clase durante el primer semestre. El 18% respondió que se perdieron entre seis y diez días, y el 21% informó menos de cinco días. En las escuelas de gestión estatal, a las que asisten estudiantes de sectores socioeconómicos más bajos, las madres reportaron en promedio más días de clases perdidos.

Las jornadas pedagógicas son identificadas como el principal motivo de pérdida de clases (las menciona el 31% de las encuestadas), seguidas por los paros docentes (28%) y los problemas climáticos (13%). 

En este sentido, Guillermina Tiramonti, coautora del informe, advierte sobre “la falta de un sistema de contratación docente que contemple un tiempo de trabajo dedicado a los temas institucionales y a la capacitación en servicio”.

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Al dividir las respuestas por sector de gestión (estatal o privada), se observan diferencias en las causas de interrupción de clases. En las escuelas estatales, el principal motivo son los paros docentes (32%), seguidos por las jornadas pedagógicas (30%). En las escuelas privadas, en cambio, encabezan los motivos las jornadas pedagógicas (46%), seguidas por problemas climáticos (12%) y paros docentes (12%).

“Este informe da cuenta de la colisión existente entre la práctica reivindicativa de derechos usada por el sindicalismo y el derecho de los chicos más humildes al aprendizaje. No hay un solo modo de reivindicar derechos y es evidente que el adoptado por el sindicalismo debe ser revisto para evitar el impacto negativo sobre la justa distribución de los aprendizajes”, critica Tiramonti. 

Por su parte, Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar (Universidad Católica de Cuyo), plantea que la “pandemia colocó a las escuelas” en una “situación muy compleja al modificar dramáticamente sus rutinas educativas”.

El investigador docente entiende que el “tiempo puede ser oro” según el ámbito que lo requiera y señala: “Vemos en este nuevo informe que más allá de los imponderables de dentro y fuera del sistema, ese gran esfuerzo para ‘re-vincular’ al que nos comprometimos luego del duelo por los aprendizajes perdidos, muestra una peligrosa discontinuidad que puede llevar no solo a permanecer en pobreza educativa, sino a la desvinculación de muchos de nuestros estudiantes. Ya no es para debatir: la prestación sostenida y mejorada de la educación, debe posicionarse como prioridad en nuestras agendas familiares y escolares”.

 

“Un sistema que atrasa”

R.P.

María Cristina Gómez, directora de la Red de Educadores Innovadores, cuestiona la pérdida de días de clases por cuestiones de perfeccionamiento docente y entiende que el sistema “atrasa en todo”. 

“Se les pide a los maestros trabajar en equipo, pero para hacerlo hay que suspender las clases. El sistema atrasa en todo; no solo es el currículum, sino también la organización y gestión para la mejora de los aprendizajes. Necesitamos abordar el tema de fondo: el sistema y la carrera docente”.

Para Gómez, “la autonomía escolar de la que siempre hablamos, entre otras cosas, permite contar con el personal a tiempo completo, con una organización del trabajo frente al aula y en el resto de las tareas que hacen sostenible y eficiente el sistema sin que los alumnos pierdan horas de clase”. 

Por su parte, Guillermina Tiramonti, coautora del informe, apunta contra las medidas de fuerza que realizan los sindicatos. “No hay un solo modo de reivindicar derechos y es evidente que el adoptado por el sindicalismo debe ser revisto para evitar el impacto negativo sobre la justa distribución de los aprendizajes”, aseguró.