El tiempo sigue jugando a favor del religioso Eliseo Pirmati, un docente retirado del Instituto Provolo de La Plata, acusado de presunto abuso sexual y corrupción de niños sordos durante los años 80 y 90.
Pirmati es italiano, tiene 83 años y vivió 43 en la Argentina, hasta que dejó el país en 2017, mientras la Justicia investigaba las denuncias de ex alumnos del Provolo por supuestos abusos, violaciones y tormentos.
Desde entonces, vive en una de las sedes del Provolo en Verona, Italia, mientras la Justicia argentina tramita su detención y extradición, como revelaron PERFIL y L’Espresso de Milán el domingo. El medio italiano lo sorprendió el sábado saliendo de una misa a pocas cuadras de la sede del instituto.
A pesar de que la fiscal Cecilia Corfield solicitó su detención en abril (por cuarta vez), los días de Pirmati transcurren en la apacible Verona. Mientras tanto, el trámite de extradición se demora por “cuestiones burocráticas” y el juez Eduardo Silva Pelossi evalúa si los delitos que se le atribuyen a Pirmati están “prescriptos” por el paso del tiempo, explicaron fuentes de la causa a PERFIL.
Violación, abuso sexual, corrupción de menores y exhibiciones obscenas, tormentos y reducción a la servidumbre son algunas de las acusaciones de ex alumnos del Provolo platense.
Pasaron siete semanas y el Juzgado de Garantías Nº 2 de La Plata tiene pendiente entregar la traducción del pedido de detención del religioso para poder hacer efectiva la solicitud de extradición ante las autoridades italianas.
La orden de detención del religioso fue firmada por el anterior juez del caso, Jorge Moya Panisello, el 23 de abril último, de acuerdo al documento al que accedió PERFIL.
El juzgado comenzó el trámite enviando la orden de detención, de 113 páginas, a la Corte Suprema de Buenos Aires, donde el presidente del tribunal, Eduardo Néstor de Lázzari, debe homologarla. Sin embargo, el 7 de mayo, la Corte bonaerense informó al juez que debía ordenar la traducción al italiano para poder enviar la orden de detención vía Cancillería a las autoridades de Verona. Así lo informaron fuentes del máximo tribunal bonaerense. ¿Cómo es el trámite de traducción de un exhorto? La ley establece que es el juzgado el responsable de ordenarlo y luego legalizar la firma del traductor ante el Colegio de Traductores Públicos e Intérpretes de la Provincia. Luego de la traducción, el exhorto debe ser remitido a la Corte, al Ministerio de Relaciones Exteriores y a las autoridades italianas. En Italia, un juez evaluará las pruebas descriptas contra Pirmati y deberá decidir si lo detiene y extradita a la Argentina para ser indagado.
Desde el 7 de mayo, la Corte bonaerense no volvió a tener noticias del juzgado platense, confirmaron en el tribunal.
En el medio, el juez Moya Panisello asumió en otro cargo y el caso Provolo quedó a cargo de un nuevo magistrado: Silva Pelossi. Nuevamente, las fichas se movieron a favor del acusado.
De acuerdo a dos fuentes judiciales que intervienen en el expediente, el pedido de traducción todavía no pudo concretarse, tras casi dos meses de idas y vueltas. Sostienen que las demoras se deben a que no encontraban un traductor público de italiano. Las mismas fuentes agregaron que se trata de un “trámite costoso”.