Trabajadores de la empresa gráfica estadounidense Donnelley cortaban esta mañana el tránsito frente a la empresa, en la colectora de la ruta Panamericana, a la altura de la localidad bonaerense de Garín, en rechazo del cierre "sorpresivo" de la planta y el pedido de quiebra que afectará la fuente laboral de 400 personas.
"Nos encontramos con la sorpresa del cierre de la planta. Ya había presentado un preventivo de crisis hace unos meses atrás, que fue rechazado tanto por el sindicato como por el Ministerio de Trabajo", denunció el delegado Eduardo Ayala, que denunció el accionar de la compañía como "extorsiva".
La protesta se realizaba desde las 9 en la colectora a la altura del kilómetro 36,700, del ramal Campana, mano a Capital Federal, donde manifestaban un centenar de trabajadores de la gráfica donde se imprimen las principales revistas del mercado.
Gendarmería Nacional implementó un amplio dispositivo de seguridad a un costado de la ruta mientras que la policía bonaerense lo hace en los alrededores de la empresa estadounidense, según se informó.
El delegado negó crisis de la compañía y advirtió que "es una quiebra fraudulenta y extorsiva, para que los empleados vayan a retiro voluntario en forma masiva e inclusive no descartamos que la empresa aproveche la actual situación con despedidos en la calle -como el caso de lear-, para conseguir un beneficio impositivo o subsidio por parte del gobierno".
Ayala sostuvo, por Radio10, que el sindicato demostró que "no hay crisis alguna, es uno de los tres monopolios que concentra el 80 por ciento de la producción en impresiones del país y en 2012 y 2013 es la que más ha facturado de las tres". "Nosotros en estos meses venimos denunciando el vaciamiento que estaban haciendo, derivando todos los trabajos a otros talleres para generar el ambiente de crisis y desazón en los trabajadores", sentenció el delegado.
Según Ayala, la compañía argumentó en el preventivo de crisis que "habían tenido una caída del 16 ppor ciento en la producción y no podían solventar los costos por la inflación que se había generado en el país y los problemas de exportación y la devaluación del dólar".
"Nosotros demostramos que la caída de la producción no era tal, sino que estaban desviando trabajo a otros lugares para generar vaciamiento de la planta. Demostramos con números concretos que no era real que no podían cubrir los costos, que a pesar de todos los problemas (de la economía), era una empresa rentable y que en los últimos años fue la empresa que más facturó en la Argentina en el mercado de impresión", insistió.