Fernando Pugliese es artista plástico, creador de Tierra Santa y numerosas esculturas híper realistas que intervienen Buenos Aires y distintas ciudades del mundo. Realizador del ya clásico sillón de Olmedo y Portales en Avenida Corrientes, la escultura de Sandro ubicada en la puerta del Gran Rex, las de Bioy Casares y Borges tomando café en el bar La Biela de Recoleta, el monumento a Pappo ubicado en la plaza Roque Sáenz Peña de Paternal, hoy convertido en santuario para sus fanáticos, el arte popular de Pugliese distingue a Buenos Aires.
“En ciudades como Roma o París uno va caminando por la calle y se encuentra con obras de arte que son una atracción para los turistas. Buenos Aires encontró una veta artística que puede llegar a ser su diferencial, y se trata de un arte popular, que es entendido y festejado por todos”, cuenta emocionado a PERFIL.
Desde hace cincuenta años Pugliese se dedica a este tipo de arte: “Lo que intento con mi trabajo es sacar a la gente de su cotidianeidad, me encanta ver, por ejemplo, cómo las familias se sacan fotos con la figura de Carlitos Balá en la pizzería El Imperio, en Chacarita”.
El creador, también, de la escultura de Néstor Kirchner que guarda la Presidenta en su casa asegura que los personajes que se le encarga replicar son objetos de veneración de un pueblo. “A Spinetta no lo conocí personalmente pero siempre le tuve gran admiración. Fue la bisagra clave para que Argentina forjara su rock nacional”. En ese sentido, Pugliese asegura: “A mí no me interesa imprimirle mi personalidad a la obra, no intento que se vea mi interpretación del personaje, trato de que la figura responda a la realidad concreta”.
Para dar forma a los ídolos populares, Pugliese utiliza principalmente arcilla, resina epoxi y fibra de vidrio. Una escultura, por ejemplo la de Spinetta, puede demandarle –a él y a todo su equipo– dos meses de trabajo.
Su atelier ubicado en Villa Crespo da cuenta de la labor diaria del grupo de artistas resinadores, talladores, pintores y escultores del Estudio Pugliese, como así también de su trayectoria. En la planta baja se encuentra el taller donde ya se está empezando a trabajar en una escultura de Tato Bores. Un piso más arriba hay una sala de reuniones donde el maestro guarda de recuerdo una serie de estatuas, como una segunda réplica de Sandro, el Che Guevara, un busto de Néstor Kirchner y Luis Landriscina, entre otros. También hay una maqueta de su próximo gran proyecto Tierra Patria, que todavía no tiene fecha de lanzamiento pero consistirá en un original parque temático que ocupará alrededor de 35 hectáreas y en donde se podrá ver una recreación de la Buenos Aires del siglo 19.
Este sería el segundo parque temático de grandes dimensiones made in Pugliese. El primero fue Tierra Santa, donde Pugliese conoció al actual Papa Francisco: “Bergoglio y yo nos conocimos cuando hice Tierra Santa. Me cautivó de inmediato –recuerda–. Yo quería hacer una estructura histórica con todas las religiones y me llamó la atención que él, en ese momento Arzobispo de Buenos Aires, estuviera de acuerdo conmigo”.
De todos sus trabajos, confiesa que el que más le emocionó hacer fue la réplica del Papa Francisco, realizada para ser instalada en el patio de la Catedral Metropolitana durante la semana de oración por el Pontífice que organizó en junio pasado la arquidiócesis de Buenos Aires.
El Camino del Pastor
Por estos días Pugliese está abocado a una tarea que se denominó “El Camino del Pastor”. El proyecto ya fue presentado informalmente ante los gobiernos nacional y porteño. Consiste en colocar 23 figuras del Papa en distintos puntos de la ciudad vinculadas con su vida. Dentro de los bocetos de Pugliese se encuentra: Bergoglio en la peluquería Romano de Avenida de Mayo 560, comprando el diario en el puesto de Hipólito Yrigoyen y Bolívar, sentado en un vagón de la línea A de subte, el día de su asunción y sus encuentros con Cristina y Maxima Zorreguieta. Por otra parte, Pugliese ya prepara una escultura de la Virgen de Luján para llevarla a Roma, donde el 5 de febrero próximo va a ser bendecida por el Papa Francisco. Ya hay 180 personas anotadas para participar de esta peregrinación. Luego será traída nuevamente a Buenos Aires.
Emplazaron la figura de Spinetta
Desde ayer a la tarde, el barrio de Villa Urquiza brinda un homenaje permanente a uno de sus vecinos más ilustres y conocidos de las últimas décadas, Luis Alberto “el Flaco” Spinetta.
Se trata de una estatua instalada en la esquina de Roosevelt y Triunvirato, en un playón perteneciente a la estación Villa Urquiza del ferrocarril Mitre, y lindera a la plazoleta Francisco Casal. La escultura del Flaco es de tamaño natural, y se lo muestra en una de sus clásicas postales: sobre un escenario, sonriente, tocando su guitarra eléctrica roja y usando sus clásicos lentes tornasolados.
Entre los presentes en el homenaje se destacaron el músico Emilio del Güercio, compañero de Spinetta en el mítico grupo Almendra, y su amigo personal, Enrique Krykowski, quien leyó una serie de poemas dedicados al músico fallecido en febrero de 2012.
De la movida también participaron varios jóvenes que homenajearon al Flaco con algunas de sus canciones como “Barro tal vez”, “Esta es la Sombra”, “Donde no se lee” y “Plegaria para un niño dormido”, entre otras. Los artistas plásticos Mc Pio y Sir, en tanto, dibujaron un mural con la legendaria tapa del primer disco de Almendra, que fuera diseñada por el propio Spinetta, y en la que se ve a un hombre con un antiguo gorro de ciclista, llorando y con una flecha de juguete en su cabeza.