Desde que los argentinos redescubrieron Carmelo hace unos años, sus habitantes se acostumbraron a ver deambular por allí famosos que, sin fotógrafos a su alrededor, se mueven con naturalidad y disfrutan de su tranquilidad. También de empresarios que se manejan con discreta custodia y en familia.
Pero desde el viernes, el panorama era otro. Por primera vez había movimiento algo más trajinado. Shakira, vía Montevideo, había llegado a Carmelo con dos personas e instalado en Four Seasons Resort, el hotel que en 2010 compró el banquero Jorge Brito. La cantante había cumplido con la promesa de estar en la boda religiosa de su amiga argentina Gabriela Vaca Guzmán con el hijo del banquero.
El viernes, ella se alojó en una de las cuarenta suites y al mediodía se recostó en una reposera al borde de la piscina y protegida del sol con un toallón; también aprovechó la tranquilidad y el buen clima para caminar por el bosque que está dentro del resort de los Brito.
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