Shakira fue la gran anfitriona de la última fiesta del año. Junto con su pareja, Antonito De La Rúa, la cantante colombiana se dio el gusto de que La Colorada, su chacra en la zona de José Ignacio, sea la sede de una gran celebración que reunió como ningún otro evento hasta el momento al poder y a la élite argentina en un mismo lugar.
Cómo en los noventa, Punta del Este sigue siendo el lugar para las fiestas donde los empresarios se mezclan con el mundo de espectáculo y la farándula. Música y glamour en uno de los eventos más esperados de la temporada, que no se caracterizó por sus dimensiones, pero sí por su exclusividad e importancia.
La fiesta estaba programada para el 29 de diciembre a la noche, pero la lluvia generó la suspensión inmediata ya que era al aire libre, al lado de la piscina. La cita se efectivizó el miércoles 30, sólo un día después de la fecha original y terminó colocándose como el evento despedida del “año viejo”.
Blindados. Cerca de las 22, y con un operativo de seguridad impecable, los invitados empezaron a llegar hasta la puerta de la residencia de Shakira y Antonito, situada a cinco kilómetros de José Ignacio. Nadie se la quiso perder, incluso varios personajes de la farándula terminaron quedándose afuera de la cita, por no contar con las invitaciones. El propio Antonito invitó a cada uno de los personajes más importantes y contó con la ayuda de su amigo y relacionista público, Guga Pereyra y de su hermano, manager de Shakira, Aito De la Rúa, que estuvo en todos los detalles.
