SOCIEDAD
Nunca es tarde

Terminar el secundario sin importar la edad: la iniciativa de un sindicato que cambió la vida de sus afiliados

Lanzaron un plan para que sus empleados completen sus estudios. La conmovedora historia de uno de los últimos egresados.

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Los egresados 2019 con su título en mano. | Gentileza SINPECOR

Claro está que para algunas cosas, como dice el dicho, nunca es tarde. Y esto es lo que aplicaron desde el Sindicato de Petroleros de Córdoba (SINPECOR) para todos sus empleados y afiliados que, por diferentes cuestiones, no lograron completar sus estudios secundarios. Por ello, les ofrecen una serie de facilidades que les permite concretarlo. “Que obtengan su título es un logro que no se los saca nadie", explicó el secretario general del gremio, Guillermo Borelli. La posibilidad se le brinda desde aquel que se se encuentran en los rubros de las estación de servicio; en la planta fraccionadora de gas licuado; playas de estacionamiento; mecánico de surtidor y aeroplantas en esa provincia, algo que abarca a cerca de 8.500 personas.  

Claro que si bien desde allí les dan la oportunidad y la facilidad para hacerlo, lo cierto es que esto se puede trandormar en un punto de inflexión para los trabajadores. Un ejemplo de eso le ocurrió a Walter Oliva, egresado de la última camada que a sus 50 años, obtuvo su título y pudo mostrárselo a su mamá, una señora de 82 años que no pudo ocultar el orgullo que sintió por el logro de su hijo.

En primera persona. Cuando tenía 15 años, Walter les planteó a sus padres su decisión de no seguir en la escuela: "Hice la primaria completa y les dije a mis viejos que no quería estudiar más porque no me gustaba y lo dejaba, pero bueno me dijeron que si no estudiaba tenía que trabajar, y eso hice. Cuando empecé a trabajar no le daba importancia al tema de no tener terminado el secundario, hasta que tuve a mis hijos y empecé a ver que me costaba ayudarlos a hacer su tarea del colegio. No me acordaba de nada de lo que había aprendido, no había tocado un libro nunca más, y eso me inquietaba un poco pero nunca me decidía, siempre decía 'voy a ver si me anoto en uno de los cursos acelerados que hay para terminar la secundaria', pero nunca lo hacía", relató en diálogo con PERFIL.

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En ese sentido, detalló: "Hace 3 años y tres meses que trabajo en el sindicato y me enteré por mis compañeros que habían terminado la secundaria que existía la posibilidad de hacerlo. Una mañana llegué a trabajar y le comenté a Guillermo Borelli que, por vergüenza, cuando a me habían hecho la entrevista de trabajo dije que tenía el secundario hecho pero no era así. Pero, ahora que me había enterado que se podía hacer ahí le pedí disculpas por haber mentido y le pregunté si lo podía hacer y me dijo que sí, que no había ningún problema".

Manos a la obra. Fue en ese momento en el que Oliva se decidió y no dejó pasar esta vez la oportunidad. "Me contactaron con dos compañeras que eran las que estaban a cargo de la organización del tema del secundario, Nora Eppinger -quién lamentablemente falleció- y Cecilia Petrovich, les dije que había dejado en primer año y si había posibilidades de empezarlo de cero y ellas me dijeron que sí. La primera clase me sentí un poco incómodo porque mis otros compañeros eran mucho más jóvenes, pero tenían todos muy buena onda. El problema era cuando, una vez por mes, teníamos que ir a rendir las materias. En ese momento, yo sentía que vivía un suplicio, pero gracias a la contención de las organizadores pude seguir. Después dije 'ya estoy acá y no me queda otra, sí o sí lo termino porque otra oportunidad como esta no voy a tener'", recuerda.

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Walter juntos a sus hijos, Melany y Agustín, quienes le entregaron el diploma que certifica que terminó sus estudios secundarios.  FOTO: Walter Oliva

Egresado a los 50. "Terminé la primera semana de agosto de 2019, el 24 fue la cena de egresados y el 31 nos fuimos de viaje de fin de curso a Mendoza. Cuando tuve el título en mis manos sentí una alegría inmensa. En la fiesta estaba que se hizo estuvo presente mi familia: mi esposa y mis dos hijos. Fue una gran emoción porque al diploma me lo entregaron los chicos: Melany (23) y Agustín (20), quien tiene una discapacidad. Por otra parte también estaba mi mamá, que siempre quiso que yo estudiara y decía que me quería ver de traje y finalmente ese día lo logró. Esa noche cumplió el sueño que tenía", completó Oliva.

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Walter junto a su mamá, Felisa Roldán, quien a los 82 años pudo finalmente ver a su hijo con sus estudios secundarios finalizados.  Foto Walter Oliva

"Esta experiencia me dejó más conocimientos y se abren más puertas para seguir estudiando ya sea un curso o un terciario y eso antes no lo tenía en mente. En caso de mis compañeros que trabajan en estaciones de servicio y cocheras, les aconsejo que lo hagan que no pierdan la oportunidad, que no les quita mucho tiempo y es algo muy bueno que les va a servir para el día de mañana y que no les pase como a mí", recomienda con diploma en mano y orgullo en la vida, Walter.

La educación, como pilar fundamental. El secretario general de SINPECOR, Guillermo Borelli, explicó a PERFIL los detalles de esta iniciativa: “Se trata de una propuesta educativa que tiene el sindicato de Petroleros de Córdoba para sus afiliados. Tenemos un convenio con una institución educativa que es la que certifica, y está orientada a aquellos compañeros que no pudieron terminar el secundario. El sindicado les paga la inscripción, y después cada trabajador paga el 50% de la cuota, rinden una materia por mes depende cuando haya dejado la persona -si dejó en segundo año por ejemplo son 24 materias- y, cando se reciben, el Sindicato les devuelve todos esos 50% que pagaron y les abona el certificado también. Además, se hace una fiesta de egresados para todas las familias de los egresados y un viaje de estudio a Mendoza de 6 días".

La escuela como motor del desarrollo regional

Para aquellos que son dependientes del sindicato, desde el mismo se acondicionó un aula en la capital cordobesa para que sus trabajadores puedan concurrir en horario laboral a clases de apoyo dos veces por semana. En el lugar también había una maestra para darles clases particulares. "A todos se los dejaba retirarse una hora y media antes dos veces por semana para que se preparen. A fin de mes, todos juntos van a rendir la materia que les toca", detalló el gremialista. "También tenemos armado las aulas en Río Cuarto; San Francisco y Villa María, para que todos puedan tener sus clases cada semana. La Cámara Empresarial también se sumó al proyecto y pone dinero para que nosotros podamos pagarle a los profesores", acotó.

Ante este marco, completó: “El SINPECOR tiene 300 empleados directos del sindicato -en total 8000 afiliados en toda la Provincia-  de los cuales casi el 50% no tenía el secundario completo. Hasta el momento se recibieron más de 180 compañeros. Es un logro muy importante porque el secundario no se los saca nadie. Es una inyección de vitalidad para ellos”.

La Cámara empresarial también

FDS/MC