David Williams tiene apenas 24 años y se convirtió en el primer egresado en el país de la carrera de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El joven, nacido en Gonnet, trabaja en un proyecto para elaborar un nanosatélite de cinco kilos para lanzar al espacio.
“Desde chico me gustaban los lanzadores y los satélites”, contó Williams al Suplemento Universidad de Página 12. Por eso, en 2016 comenzó a cursar la carrera de Ingeniería Industrial.
En 2019, hizo en paralelo algunas materias de Ingeniería Aeronáutica y luego pasó a estudiar Aeroespacial “un poco siguiendo ese interés que tenía cuando era pequeño”.
La Universidad de La Plata es la primera del país en crear la carrera de Ingeniería Aeroespacial, en reemplazo de la antigua Ingeniería Aeronáutica, y tiene un laboratorio y un Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA), donde se desarrollan trabajos de investigación vinculados a los satélites, motores, cohetes y misiles autopropulsados.
Los profesionales recibidos de esta carrera están capacitados para diseñar vehículos espaciales, aviones, autos o trenes. “Se estudian muchos contenidos de mecánica. La adquisición de conocimientos es muy amplia y permite pensar en múltiples aplicaciones”, señaló el joven.
David destaca la formación que da la carrera y considera que “poder fabricar un tren o un avión es algo maravilloso”. “A mí me parece re loco e interesante todo lo que hacemos. Te brinda una base para trabajar no solo en lo espacial, sino también en otras áreas, gracias a la cantidad de herramientas diseño que se aprenden”, agregó.
Se lanzó al espacio el primer minisatélite de comunicaciones argentino
El proyecto para enviar un nanosatélite al espacio
Williams integra desde 2020 un proyecto universitario dirigido por Sonia Botta para fabricar un tipo de nanosatélite que se denomina “CubeSat”, con un peso aproximado de cinco kilos. Aunque aún falta construir su modelo de vuelo y obtener el financiamiento necesario, la fecha estipulada para su lanzamiento apunta a 2023.
Los objetivos próximos de este trabajo son “lograr ponerlo en órbita” y luego que el dispositivo “permita obtener información sobre la Tierra, estudiar el clima espacial, perfeccionar las comunicaciones e incluso realizar observaciones astronómicas”.
Este tipo de satélites, dijo, “son mucho más chicos que los que se suelen apreciar en la televisión”, y de mucho menor costo.
AG / ds
