SOCIEDAD
¿la ultima ‘misa ricotera’?

Tras cuatro años, el Indio Solari tocó para 150 mil ‘fieles’ en Tandil

Los rumores sobre el estado de salud del cantante movilizaron a fanáticos de todo el país. Llegaron en caravana y colapsaron los hoteles y los campings de la ciudad.

Lleno. Filas de 20 kms de autos y micros atestaban la entrada a Tandil, durante la mañana de ayer. Ya había gente desde el lunes.
| Juan Obregon

Ezequiel, 20 años y remera con la cara del Indio en blanco sobre fondo negro, entró al estadio y se arrodilló. Besó el barro, apoyó la cabeza en la bandera que llevaba enrollada en la mano y abrió los brazos al cielo, al grito de “Tus huesos me trajeron hasta aquí”. Es señal de que la ‘misa ricotera’ —como prefieren denominarla sus miles de seguidores, que llegaron a Tandil desde todos los rincones del país— estaba lista para empezar, en el hipódromo Villa Aguirre.   
Alrededor de las nueve y media de la noche, los ricoteros armaron el “pogo más grande del mundo”, vibrando ante la antología de canciones de la extensa carrera de Carlos ‘el Indio’ Solari. Acompañado por su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, tocó éxitos de los Redondos como Jijiji —siempre un punto alto del recital— y temas de su etapa solista. Y él, mito hecho carne.
Las especulaciones sobre su estado de salud hicieron que el de ayer pueda haberse convertido en su último show, por lo que las expectativas de los fanáticos eran aún más grandes que de costumbre, y respondieron con la devoción de siempre.
Los 150 mil fanáticos que se reunieron para escucharlo tras cuatro años de silencio idolatran al mismo músico que adoptó varias identidades a lo largo de tres décadas de carrera.
Durante el día de ayer, Tandil vivió una jornada convulsionada: a las filas de veinte kilómetros de autos y micros que llegaban de todos los puntos del país y la ocupación completa en todos los hoteles y hostels de la ciudad, se sumaba el merchandising multiplicado en cada cuadra, los puestos improvisados de venta de hamburguesas y bebidas y los asados comunitarios a la vera del camino. Soledad viajó de Salta con seis amigas. “¡Ya llegué, Indio!”, gritaba Julián, oriundo de San Juan, que fue a dedo. Las entradas, en promedio, costaban 600 pesos. El fernet, adentro del predio, unos 100 el litro.
La organización desplegó ocho puestos sanitarios, siete ambulancias y 26 médicos, más 1.400 efectivos de seguridad privada. La policía bonaerense aportó 500 uniformados más. Y la feligresía ricotera tuvo una nueva misa.

Informe: Silvina García.