SOCIEDAD
ENTREVISTA A MAYOLO MEDINA LINARES

Un experto mexicano asegura que los carteles se instalaron en el país

Fue director de inteligencia de la Procuraduría y secretario de Seguridad Pública. Dice que “Argentina es la cocina de drogas de Latinoamérica”.

Debate. Medina Linares participó de un encuentro internacional sobre combate del narcotráfico. Habló de los laboratorios argentinos.
| Sanders

Mayolo Medina Linares conoce de cerca la peor cara del narcotráfico de la región. Fue secretario del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México y director de Inteligencia de la Procuraduría, y se especializa en el combate contra el crimen organizado de ese país. Luego de disertar en el segundo simposio del Observatorio de Prevención del Narcotráfico (Oprenar) en la UADE, un evento organizado por pedido del papa Francisco, charló con PERFIL sobre la problemática en Argentina. Propone “la despenalización gradual”. “Un narcotráficante es un operador. Mientras que no entendamos que el consumo se da en este contexto de negocio y demanda en el mercado, no vamos a poder triunfar”, aconseja.  Las drogas le causan muerte a 200 mil personas anualmente.

—¿Cuál es la situación en nuestro país?
—El narcotráfico en la parte norte de Argentina es casi evidente por las cercanías con las fronteras de países productores. Argentina no tiene productos base, pero sí son transformadores de los mismos, por esa razón se encuentran laboratorios. Es lo que sucede en México. Todas las drogas que llamamos estimulantes tipo anfetamínicos... los precursores vienen de Asia, principalmente, y de la India y entran por dos puertos importantes de México en el Pacífico. Esa es toda la franja donde hoy encontramos a los Caballeros Templarios y a Jalisco Nueva Generación. Una vez que llegan ahí, se transforma. Los cocineros de anfetaminas están en todo Tijuana. Argentina es, además, la salida hacia Europa.

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—En 2009, Argentina se vio conmocionada por un triple crimen que puso de manifiesto la efedrina vinculada al narcotráfico internacional y la ruta hacia México.
—Un hecho que hay que reconocer es que existe una mutación por los estimulantes en el mundo. Es decir, la cocaína que en su momento tuvo un auge importarte, sobre todo en el año 2000, hoy tiene un consumo estable. Lo que hoy se ha disparado en una medida exponencial son estos estimulantes de tipo anfetamínico. Los líderes de los grandes carteles no se arriesgan a salir del país, porque pueden ser atrapados, pero sí creo que pueden tener operadores en Argentina.

—¿Cómo es la situación en México?
—Lo más grave que vive hoy México es la violencia. En la última década aumentaron los consumidores 25% y los asesinatos violentos vinculados al crimen organizado son superiores a los 10 mil. Los daños colaterales asociados a la violencia y a la narcocultura que percibe como héroes a los narcos no se ven en Washington. 

—Pero sí se ven en Argentina... 
—Por eso necesitamos, los países de América Latina, no formar un bloque, sino levantar la voz. No vamos a cambiar los patrones de consumo. Ya hemos fracasado. La política de prohibición y punitiva ha fracasado. 

—¿La existencia de bandas que pelean por el territorio y las figuras de narcos heroicos son síntomas que nos pueden llevar a ser México?
—Si Argentina no pone atención, va hacia ese lugar. Tenemos que dar paso a corrientes alternas de pensamiento. Ese camino por el que está en trayectoria la Argentina va a llegar al mismo caso de México. Va en ese camino. No hay evidencias que me digan que no va a suceder. Sí veo que existen esfuerzos, pero son aislados porque que el narcotráfico sea un negocio prohibido genera ganancias, pero junto a eso, produce violencia, y va en aumento. Cuando en México comenzamos a tener las primeras manifestaciones de esta violencia impensable y cruel, eran aisladas, pero ahora ya es una estructura cotidiana. Ya no nos sacude. “Ah, encontraron dos cabezas”, decimos como si nada. Nos acostumbramos. Y no es sólo que los veamos como héroes, sino que han generado respaldo social. Antes, en México, decíamos que éramos los “burros” de Colombia, porque transportábamos cocaína a Estados Unidos, no la producíamos. Pero luego, los mexicanos se dieron cuenta de que era un negocio muy bueno y ahí empezó la violencia. La guerra contra el narcotráfico está perdida y es una pesadilla silenciada. 

La cifra: 400 mil millones de dólares anuales es lo que mueve el narcotráfico, según el experto.

—¿Tiene información sobre la presencia de carteles mexicanos en Argentina? 
—Sí. Hubo una manifestación en alguno de los órganos de mi país, con el grupo de analistas con los que me reúno, de que había ya presencia de mexicanos en este país. 

—¿Están en actividad? 
—Sí. Específicamente no sabemos qué cartel, sabemos que viene del lado del Pacífico porque es más para la producción, no para generar violencia, sino para seguir ganando dinero. Puede existir una especie de apoyo logístico en la frontera norte de Argentina, como una base que funciona para la transmisión de conocimiento, cómo producir estas drogas sintéticas, de control. 

—En Argentina existe un debate por la presencia de paco y pasta base. Entonces, ¿es un país productor o de tránsito?
—Hoja de coca no se produce en Argentina, pero sí se transforma. Son, entonces, los cocineros de cocaína de Latinoamérica. México es cocinero de anfetaminas. La droga no pasaría por Argentina si no saliera para Europa. En mi país hay capillas dedicadas a narcotraficantes, la gente va, se persigna y pide que tenga suerte para matar a otros. No cerremos los ojos, esto está en nuestra sociedad y no va a desaparecer.