Un hecho insólito. El pequeño pueblo santafesino de El Rabón, a 455 kilómetros de la ciudad capital, se quedó sin cementerio después de que los dueños del lugar decidieron cerrar sus puertas con candados y prohibieran nuevas inhumaciones.
Los propietarios de la estancia donde se encuentra el cementerio habían cedido verbalmente parte del terreno, sin dejar sentado el acuerdo a través de un documento, pero decidieron vender su campo (de unas 8 mil hectáreas) y los nuevos propietarios cercaron el predio.
Marcelo Vallejos, secretario comunal de El Rabón, le dijo al diario La Capital de Rosario que de ahora en más "los lugareños deben trasladarse 20 kilómetros, hasta la vecina Florencia, para enterrar a sus muertos".
Vallejos señaló que "nos dijeron que los muertos están ahí y que se puede ir a visitarlos, pero no se puede enterrar más a nadie" y aseguró que "la comuna está buscando medios para contar con un terreno para enterrar a los fallecidos".
El último viernes, cuatro integrantes de una familia oriunda de la localidad que se mató en un accidente en la ruta nacional 11 debieron ser enterrados en Florencia.