Un tercio de los camiones supera el tope de antigüedad permitida

La Ley de Tránsito Nº 24.449, votada en 1994, marca un límite: 20 años es la edad de jubilación para un camión. Sin embargo, 1 de cada 3 unidades que circulan en las rutas del país superan esta cifra, y bastantes lo hacen ampliamente: de los camiones que están fuera de la ley, la mitad tiene más de 30 años.

Según explican los transportistas, la vida útil de un camión se encuentra entre los 17 y 18 años, un número cercano a los 20 que establece la Ley como tope. De las unidades que se encuentran inscriptas en el Registro Único de Transporte Automotor de Cargas (RUTA), el 33% supera la antigüedad legal. Sin embargo, este porcentaje no refleja la cifra real, ya que sólo figuran en la lista oficial aquellos que en sus recorridos atraviezan diferentes jurisdicciones, quedando afuera los que se mueven dentro de una misma provincia.

A pesar de lo establecido por el artículo 53 de la Ley, en donde se especifica que las unidades no deben superar la antigüedad de “diez años para los de sustancias peligrosas y pasajeros; de veinte años para los de carga", un informe del diario Clarín sostiene que de los 243.139 camiones registrados, unos 80.000 tienen más de 20 años.

Según afirmó el presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), Luis Morales, "calculamos que hay aproximadamente 30.000 camiones no inscriptos en el RUTA que tienen más de 30 años de antigüedad”.

El campo y la actividad industrial aumentaron el trabajo de los camioneros, mientras que la devaluación hizo que los camiones argentinos resulten más redituables para el comercio con los países fronterizos. Así fue como, según datos de de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, el transporte de carga internacional pasó de 31.079 en el año 2000 a las 52.263 del año pasado.

Estos camiones deberían ser ágiles, según explica Rubén Agugliaro, presidente de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (CATAC). Sin embargo, los camiones viejos no aseguran esta característica. A diferencia de un camión en buen estado, los antiguos recorren menos kilómetros al mes, pasan más tiempo en el taller y obliga a los camioneros a trabajar más, con el cansancio y el riesgo que esto implica.

Renovar las flotas y proveer a los trabajadores de unidades nuevas es más seguro, y para modificar este aspecto en la Secretaría de Transporte hay por lo menos dos propuestas que tratan el tema. Por un lado, Fadeeac plantea que quien compre un 0 km a “tasas” accesibles le pase su unidad a alguno que esté por llegar al límite de antigüedad. Por su parte, CATAC parte de una ley que nunca se llevó a cabo, y que contempla un impuesto al gasoil destinado a mejorar y profesionalizar el servicio de transporte de carga automotor.