Los destrozos que produjeron los hinchas de River en la calle Udaondo la semana pasada no son más que otra muestra de una actividad creciente, peligrosa y que representa muchos millones de pesos en pérdidas para todos los porteños.
Amén de los daños en Núñez y Belgrano, el Gobierno de la Ciudad registra un crecimiento en la cantidad de actos de vandalismo que, además, son cada día más abrasivos.
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