“Gran parte de la fortaleza de la empresa es que Bill creó una cultura de crisis. Si no existiera Google, tendríamos que fabricar uno”, le dijo Ray Ozzie, arquitecto en jefe de software de Microsoft, a un periodista de la revista Newsweek. Esa frase sintetiza la cultura de la empresa que supo conquistar el 90 por ciento del mercado informático.
Es que Bill Gates es un gran estratega que sabe cómo sacar provecho de las crisis que atraviesa la compañía. Convive con presiones y las utiliza como motor para avanzar en los negocios. “Cada año hemos tenido la excitación de que este es un negocio que cambia rápidamente. No sería un negocio divertido si no fuera arriesgado”, dijo el creador de Microsoft en una entrevista con Steven Levy, de Newsweek.
La empresa tiene una impronta social que el propio Gates se encarga de fomentar. Con su espíritu filantrópico, impulsa a sus empleados a realizar donaciones a ONG's de todo el mundo. En 2006, Microsoft donó cerca de 2.5 billones de dólares para beneficencia. Además, se le reconoce a la empresa las políticas que lleva a cabo contra la discriminación por orientación sexual.
Con su personalidad, Gates le dio una identidad singular a Microsoft, marcando a toda una generación posterior de empresas dedicadas a la informática. Con una gran exposición pública, es una de las personalidades más famosas del planeta.
Su imagen de empresario exitoso y filántropo que lucha contra la malaria se mezcla con la fuerza de quien supo crear un monopolio informático infernal, una de las acusaciones más frecuentes que lo acompañó a lo largo de su carrera.