Bill Gates dejará hoy Microsoft, el imperio informático que fundó hace 33 años y que revolucionó el universo tecnológico. A las 6 de la tarde, uno de los hombres más ricos del mundo cruzará la puerta de su empresa en Redmond, Estados Unidos, para dedicarse por completo a la filantropía.
En el 2000, Gates creó junto a su mujer, Melinda, la institución filantrópica más rica del planeta: la " Fundación Bill y Melinda Gates”, con 37.300 millones de dólares destinados a la beneficencia.
Durante tres décadas, y después de haber inventado el sistema operativo Windows -que se impuso en el 90% de las mil millones de computadoras personales que existen- Gates pasó sus días rodeado de bytes y píxeles, al mando de 80 mil empleados esparcidos por todo el plantea.
Pero el genio de las computadoras, con 52 años y tres hijos, no sólo ha revolucionado la industria del software con sus creaciones; también instauró un modelo de empresa con un estilo particular. Fue un visionario y un perfecto estratega. Con un discurso optimista y objetivos claros, logró el que fuera su principal propósito: cambiar radicalmente la vida diaria de millones de personas al permitirles el acceso simple e inmediato a una computadora.
Hoy Bill Gates dejará atrás al gigante informático y se sumergirá en las aguas de la filantropía, pero no abandonará del todo el mando de la empresa. Su intención es pasar un día por semana por la oficina y manejar proyectos específicos. El zar del software no puede desprenderse de las garras del monstruo informático que él mismo alimentó.