En verano, en la playa; en invierno, en la montaña. Las fotos de perfil que se utilizan en redes sociales como Facebook nunca están libradas al azar; o casi nunca. En cada foto elegida, el usuario está intentando contar algo: dónde está, con quién, dónde fue, por qué, qué siente, qué le interesa. A su vez, la foto intenta construir una identidad “ideal”, el modo en que ese usuario quiere ser visto por los demás.
En la actualidad, el espacio virtual sirve como un escenario en el que se pueden resaltar –o esconder– rasgos de la imagen propia y la personalidad con los que cada uno quiere ser reconocido. Y todo tiene una explicación, una razón de ser, un motivo.
Dylan Wittkower, profesor del departamento de Filosofía de la Universidad de Old Dominion University (Virginia, Estados Unidos) y coautor y editor del libro Facebook and Philosophy, da cuenta de qué significan las distintas fotos de perfil que eligen los usuarios. Por ejemplo, quienes eligen fotos que sólo muestren un detalle de su cuerpo sostiene que “no dan la cara, pero muestran una porción del cuerpo o una actitud con la que se busca destacar un rasgo del que se está satisfecho”, como puede ser un tatuaje.
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