TECNOLOGíA
EXPOSICIN INTERACTIVA EN ESPAA

Nuevas tecnologías al servicio del arte

La Universidad Laboral de la española ciudad de Gijón, se convirtió en el primer centro de creación, exposición y experimentación de España dedicado a un tipo de arte centrado en las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información como nuevos soportes y medios artísticos. Para concretar el proyecto, llamado LABoral, se invirtieron alrededor de 11,3 millones de euros. La idea es que los visitantes no sólo observen las obras de arte, sino que además interactúen con ellas y experimenten todo un nuevo mundo de sensaciones en donde lo virtual es la estrella principal.

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Se acabó el arte estático y pasivo que el espectador sólo puede mirar sin acercarse por miedo a dañar la obra; se acabaron los carteles de “no tocar”: la LABoral de Gijón acaba de inaugurarse en España con un concepto rupturista que apuesta por la innovación, el arte digital e industrial y, sobre todo, por la interactividad de la obra con el público.

El visitante puede ver y ser visto, escuchar y crear con su voz, tocar y ser tocado, e incluso jugar.
Un mundo artístico se abre a los sentidos y convierte al espectador y a sus acciones-reacciones en parte de la obra en este “laboratorio” que lleva la marca experimental en su propio nombre y que está inspirado en proyectos como el Ars Electronica Festival de Linz, en Austria, o el MOMA neoyorquino.

Ambicioso. La Universidad Laboral de la norteña ciudad de Gijón, se ha convertido en el primer centro de creación, exposición y experimentación en España dedicado a un tipo de arte centrado en las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información como nuevos soportes y medios artísticos.

Para la inauguración de la LABoral, que abrió sus puertas el fin de semana pasado, se escogieron tres exposiciones: “Feedback”, “Gameworld” y“LabCiberespacios” (se renovarán cada cuatro meses).

“Feedback” es quizá la propuesta más interactiva, vinculada al arte reactivo. Una de sus obras centrales es Life Writer, de la austríaca Christa Sommerer y el francés Laurent Mignonneau. Se trata de una instalación formada por una máquina de escribir y una pantalla de proyección hecha de papel, que se pone en marcha cuando el visitante se decide a tocar sus teclas.

Otra de las estrellas es la cama interactiva del británico Paul Sermón, Telematic Dreaming, que permite a los visitantes que se recuesten sobre dos camas, instaladas en dos zonas diferentes del recinto, acariciarse y tocarse virtualmente, gracias a un sistema de videoconferencia. El compañero de cama no es de carne y hueso, sino una proyección de la persona que se encuentra en el otro lado, pero la interacción se desarrolla de forma sorprendentemente verosímil.

Mundo de sensaciones. Las experiencias visuales son también protagonistas en la LABoral, con propuestas como Inter Dis-Communication Machine de la japonesa Hachiya Kazuhiko, que permite a dos personas ver desde la perspectiva del otro.
El juego consiste en que los participantes, comunicados mediante auriculares, deben buscarse, pero se enfrentan a una enorme dificultad: los anteojos que llevan les dejan sólo ver lo que en ese momento estarían viendo los ojos del otro, desde la perspectiva en que éste se encuentra. Desde fuera, parece fácil, pero quien lo experimenta vive un momento de máxima confusión y pérdida.

El público escucha, pero también es escuchado: en n-Cha(n)t, del canadiense David Rokeby, oídos proyectados en siete pantallas registran la voz del visitante y se comunican con él; mientras que en la propuesta Participation TV, del coreano Nam Yune Paik, considerado padre del videoarte, es el espectador, con su voz, quien crea en la pantalla de un televisor las imágenes, que son distintas en función de la fuerza y el tono que proyecte a sus sonidos.

Una caricia del visitante es el punto de partida del funcionamiento de The Horny Children, de Chico MacMurtrie, y Amorphic Robot Works, un conjunto de “niños-robot” que comienzan a moverse cuando se los toca.

El espectador actúa y también juega, a veces con efectos devastadores: puede matar a Andy Warhol o romper un matrimonio. I Shot Andy Warhol, del estadounidense Cory Arcangel, reta a eliminar mediante disparos al famoso artista pop, mientras en Façade, la supervivencia de un matrimonio está en manos del visitante, invitado a cenar en la casa de la pareja.

Gameworld, por su parte, abre al arte el mundo de los videojuegos, donde el visitante puede revivir sus experiencias con conocidas creaciones como “Super Mario Bross”, “Simcity” o el archiconocido “Tetris”, en las versiones más antiguas, así como probar las propuestas más innovadoras dotadas de las últimas tecnologías.

En definitiva, se trata de sacar adelante un proyecto en el que se invirtieron alrededor de 11,3 millones de euros en la rehabilitación del espacio y que prevé gastos anuales de unos 3 millones de euros, una gran suma para una fundación pública que apenas cuenta con algún que otro apoyo privado.

* Desde Gijón (DPA)