Comprar una lancha es una inversión costosa. Como con los autos, en el mercado usado hay que tener cuidado para no comprar gato por liebre.
Por eso la principal recomendación es la de asesorarse con un vendedor de prestigio, sin descartar la ayuda de algún amigo con experiencia en el uso de lanchas.
A tener en cuenta: revisar a fondo la estructura plástica: buscar imperfecciones como hendiduras, marcas de tela de fibra de vidrio fáciles de distinguir por ser tipo “piel de cocodrilo”, arrugas, etc., indicarán un arreglo mal hecho y por ende fragilidad del material tras un golpe o choque.
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