TECNOLOGíA
controversia en las redes sociales

Tras la polémica, Facebook vuelve al viejo reglamento

Hubo revuelo mundial por una cláusula en los términos de uso del servicio. Revirtieron la medida y aceptan sugerencias de usuarios. El debate sobre la propiedad de la información. Galería de fotos

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| Cedoc

Con más de 150 millones de usuarios registrados, Facebook es la red social de internet más popular del momento. No es de extrañar, entonces, que surjan controversias y debates sobre su uso: los más comunes se refieren a los problemas de seguridad y privacidad que acarrea publicar datos personales en la red. Esta semana, sin embargo, la discusión giró en torno a la propiedad de la información: ¿sigue siendo mío todo aquello que publico en la web?.

La respuesta es compleja: el pasado 15 de febrero, el sitio Consumerist (dedicado a reclamos de clientes de productos y servicios) informó que Facebook había cambiado su reglamento . Los nuevos términos de uso otorgaban a la compañía derechos totales sobre el contenido de sus usuarios, incluso el privilegio de la explotación comercial, aún si la persona elimina su cuenta.

La noticia se difundió rápido por toda la red y causó ira entre los usuarios, en parte por lo confuso del nuevo reglamento, y en parte porque Facebook había anunciado cambios el 11 de febrero, pero no había hecho mención especial a la propiedad de los contenidos. Curiosamente, los usuarios demostraron su repudio creando grupos de Facebook para protestar contra el mismo sitio, y algunos de ellos juntaron miles de firmas y adhesiones.

Cuando el repudio público llego a los medios de comunicación de todo el mundo, la empresa se dio cuenta del error. En su blog oficial, Mark Zuckerberg, creador de Facebook, anunció que volverían a aplicar los Términos de Uso anteriores y que crearían un foro de discusión para que los mismos usuarios puedan enviar recomendaciones sobre las reglas del servicio.

Zuckerberg, además, explicó las intenciones tras el intento de cambiar el reglamento : si un usuario le manda un mensaje a otro, se crean dos copias del mismo, una para cada uno. Cuando alguno de ellos elije desactivar su cuenta, su mensaje se borra, pero el que recibió su compañero es guardado. Por esa razón, Facebook necesita mantener copias de la información aún cuando una cuenta es eliminada. Todos los datos archivados, además, sólo pueden usarse dentro del mismo sitio, y no se licencian ni se venden a terceros.

"La gente quiere absoluto control y propiedad de su información para desactivarla en cualquier momento. Al mismo tiempo, quieren la posibilidad de compartirla con otros", explica Zuckerberg en el blog de Facebook, y agrega que "estas dos posiciones están enfrentadas. Hoy no existe ningún sistema que me permita compartir mi dirección de e-mail con vos, y al mismo tiempo controlar con quién la compartis vos mismo".

Lo cierto es que a pesar del revuelo, de las marchas y las contramarchas, se mantiene una simple regla de sentido común: no hay que subir a internet o a Facebook información que no se quiere difundir, sean fotos, números de teléfono, música, o lo que fuese. Compartir información en la red es muy fácil; otra cosa es intentar eliminarla una vez que ya se transmitió y socializó.

Este no es el primer escándalo en el que se ve envuelto Facebook en sus más de cinco años de historia. De hecho, cuando el servicio nació como una red social de estudiantes de Harvard, en 2003, Zuckerberg casi es expulsado de la universidad por publicarlo. Hoy, a sus 24 años, la travesura lo convirtió en una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 1.500 millones de dólares.