Con dramaturgia y dirección de Paul Caballero volvió a presentar Adriano bajo la puna, una historia distinta anclada en tiempos de luchas nacionales independentistas enmascaradas en la historia de un poeta encarcelado que buscará reencontrarse con el amor. Además, el texto fue escrito en colaboración con Cristian Mariani, quien a su vez es el protagonista de este unipersonal cautivante. Se presenta todos los sábados a las 21 Área 623 (Pasco 623, CABA).
La particularidad de esta historia es la época, 1817, cuando más de 3.000 hombres integraron el Ejército de los Andes para librarse del imperio español. Todos tenían el mismo objetivo, menos uno, que es justamente de quien se habla en la obra. Patricio, un poeta de clase alta fue encarcelado en las Islas Malvinas por no cumplir una promesa de amor. Gracias a una carta de San Martín en la que ofrece la libertad a todos los presos a cambio de que se unan a su Ejército, el hombre atravesará toda una nación para enfrentarse a la mayor de las batallas y reencontrarse con el amor de su vida. Una travesía desde las Malvinas hasta Mendoza, la adversidades de la cordillera y la gloriosa batalla de Chacabuco. Una obra epistolar, de texto y performática que invita a reflexionar sobre conceptos como el amor, las obsesiones, la libertad, la guerra y la patria.
Aquí Cristian Mariani realiza un potente trabajo actoral en el que desarrolla una historia que juega con nueve personajes y el eco de la campaña libertadora de fondo. Sin dudas hace frente a su papel más exigente y así lo cuenta en una entrevista exclusiva:
Esta obra es el resultado de más de un año de investigación no solo histórica sino de exploración en el lenguaje corporal de su protagonista. En su dramaturgia se mezclaron diferentes hechos y personajes de la época para construir una historia de ficción sobre el Cruce de los Andes. Para realizar esta proeza actoral, Cristian tuvo también el soporte que le brindan Charly Latorres en el diseño de producción, Iluminación: Joaco Dato en la iluminación, Miguel Solowej en el diseño de luces, Marisa DI Seri en el vestuario, Marco Senno en la musicalización, Pablo Heredia en la escenografía y Juan Pablo Guastini en el diseño de arte. Todos apuntalaron también al director con su talento.
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