Los Carabajal, familia de chacarera, presentan por primera vez el Tour Mi guitarra, que arrancará el 17 de noviembre en La Trastienda (Balcarce 460, CABA). Esta fecha marca el regreso a Buenos Aires de Musha, Walter y Kali Carabajal y Blas Sansierra, para desplegar toda la cultura Argentina traída de Santiago del Estero en una noche única: "Mi Guitarra encierra todos nuestros sentimientos por ese instrumento y nos permite a la vez entregar toda la pasión que sentimos por la música -explica Mario en conversación vía Zoom-. Además es el título del último disco, que hemos dado a conocer hace poco y forma parte del repertorio que va a estar presente a partir del 17 de novembre en La Trastienda y después todo el país. Ya viene la temporada de verano y estamos comprometidos para estar enlos festivales de Jesús María, Cosquín, Morteros, Villa Rosario (Córdoba) y en otros lugares más".
Cuando le preguntamos a Musha cómo es la convivencia obligada en las giras, destaca la importancia del entendimiento entre los cuatro integrantes del conjunto: "Nos conocemos bien, somos familiares; el tiempo nos permitió conocernos y entendernos mutuamente. Y saber que este trabajo requiere de unir fuerzas, voluntades y proyectos. En función de eso entendemos cómo es este trabajo y lo ponemos en práctica".
Ultimamente la agrupación hizo versiones nuevas de los clásicos del folklore que vienen interpretando hace décadas, y Musha reconoce que "uno siempre necesita renovarse. Esa es la motivación principal para hacerlo. Pasa que a veces el público quiere escuchar los clásicos, aquellos por los cuales nos descubrió. Por ejemplo, podemos ir a Orán, Salta, un lugar distante y allí la gente nos conoció por La Telesita, Entre a mi pago sin golpear o El puente carretero, y son las canciones que piden. Uno tiene que complacer esos pedidos aunque también tenemos la misión de dar a conocer temas nuevos. Esas canciones hoy conocidas nacieron en el anonimato y después pasaron a ser populares; ahora debemos presentar temas nuevos para que oxigenen el repertorio y trabajarlos para que sean conocidos el día de mañana".
Desde 1967, cuando comenzaron en la ciudad santiagueña de La Banda, Los Carabajal se convirtió en un tronco del que salieron los más importantes folcloristas argentinos, algunos incluso fueron parte de los 54 discos publicados por la agrupación. ¿Cómo ven hoy a esas ramificaciones de la formación madre?: "Cada uno elige su camino. Creo que lo importante es que están vigentes y hay que apoyarlos en su solidez musical. La decisión la tiene cada artista sobre cómo encarar su propuesta. Me parece que están bien, que son buenos valores y que están trabajando seriamente para ser reconocidos y requeridos en los lugares para actuar. Son parte de la historia de la familia; se han formado con el conjunto y tomaron su propio vuelo. Lógicamente salieron del grupo Los Carabajal y esa experiencia que les brindó el conjunto les sirve mucho para desarrollar después su propia idea. Estamos felices de que les vaya bien porque han sido parte de nuestra historia; cuando cada uno estuvo, sirvió para que no se detuviera la marcha de Los Carabajal. Y nos queda mucho camino por recorrer. Gracias a Dios estamos vigentes y con muchos proyectos; uno sueña permanentemente. El asunto es no quedarse con lo conseguido. Creo que sería un grave error porque las generaciones van cambiando y los gustos también. Nosotros tenemos que trabajar para que las nuevas generaciones se interesen por nuestra música. Somos totalmente concientes de que hay una generación nueva que ha tomado fuerza a través de la pandemia y las redes sociales, y que tiene muchos adherentes. Nuestra tarea es hacer que se se interesen por la música folclórica sin desconocer que ésta propuesta está presente con mucha fuerza".
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