Con un megashow, inauguraron el nuevo tramo peatonal de Corrientes

Era una de las inauguraciones más esperadas por el gobierno porteño y, a su vez, la que mayor atención concitaba desde el ámbito cultural. Y las expectativas no defraudaron. Con un gran show artístico que incluyó desde las marquesinas de los teatros, hasta frentes de edificios, estaciones de subte y la propia calzada, anoche se inauguró el nuevo tramo peatonal de la avenida Corrientes.

Es decir que la tradicional calle de los teatros funcionará con dos carriles exclusivos para el transporte público las 24 horas, y otros dos para autos particulares, con la salvedad de que entre las 19 y las 2 serán peatonales. El primer día hábil del nuevo sistema será el lunes 15 de abril a partir de las 7.

La fiesta inaugural comenzó a partir de las 18 del sábado 13 de abril, cuando Horacio Rodríguez Larreta y el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, corrieron el gran telón instalado en el cruce de Corrientes y Callao. Pese al horario establecido, desde temprano cientos de personas fueron llegando hasta la avenida para no perderse ningún detalle de la fiesta que allí se vivió. Hubo shows, talleres, conciertos, y entrevistas en vivo que se realizaron a lo largo de las siete cuadras que abarcó la fiesta. Los visitantes, ademas, tuvieron la oportunidad de ver de cerca a las figuras de los espectáculos teatrales que están en cartel además de disfrutar de las presentaciones de Nacha Guevara, Carmen Barbieri, Elena Roger y José María Muscari, entre otros. En la movida también se utilizaron las terrazas de los edificios más significativos del lugar, las marquesinas de teatros y hasta las estaciones de la línea B de subtes.  Al llegar a Cerrito, una gran escalera similar a la utilizada en los viejos teatros de revistas permitió a los asistentes sentirse “como una estrella de algún musical porteño”, además de sacarse fotos con el Obelisco de fondo. De la fiesta también participaron las clásicas librerías, las pizzerías y cafés, que no dieron abasto para atender a la cantidad de personas que ingresaban a los locales.

“Corrientes está a la altura de los mejores corredores teatrales del mundo, como Broadway o la Gran Vía. Que sea peatonal es una invitación para vecinos y turistas, y eso genera laburo: cada persona que viene al teatro, a comer una pizza o a comprar un libro está generando trabajo para los porteños”, sostuvo Rodríguez Larreta tras la presentación. “Buenos Aires tiene las herramientas para transformar Corrientes en una gran arteria cultural que funcione como punto de encuentro entre creadores y vecinos”, agregó, por su parte, Avogadro.

La reapertura se llevó a cabo luego de 15 meses de obras, que incluyeron cortes de calles, instalación de vallas, zanjas abiertas, escombros y demasiado mal humor, en especial de quienes transitaban por la zona. Esta situación llevó a declarar públicamente al productor teatral Carlos Rottemberg que “durante los meses de la obra nos acordamos de la madre de Larreta todo el tiempo”. Más allá de la broma, la intervención contó con el visto bueno de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales, que dirige Sebastián Blutrach,  

Proyecto. En julio de 2017, PERFIL adelantó en forma exclusiva la movida que el Gobierno de la Ciudad denominó Proyecto Calle Corrientes y que comenzó a desarrollarse en enero de 2018. Contó con un presupuesto de $ 275 millones y se intervinieron 37.200 m2 y 312 m2 de verde en canteros . Además de los carriles exclusivos, los trabajos contemplaron el ensanchamiento de veredas, la incorporación de áreas de descanso y la reconstrucción las ochavas.

La calle que nunca duerme

Desde su creación, en 1822, Corrientes se amoldó a los cambios urbanísticos que sucedían en la Ciudad. En 1872 abren sus puertas los teatros Opera, Odeón y Politeama. Luego, en 1930, se inaugura el primer tramo de la línea B de subtes. En 1931 se ensancha   y se inaugura el Luna Park.  El Obelisco se construye en 1936 y poco a poco se  va transformando en un punto referencial de la Ciudad. La inauguración del teatro Gran Rex, en 1937, y del San Martín, en 1960, la constituyen como polo cultural de Buenos Aires. Al mismo tiempo, gran cantidad de librerías y espacios gastronómicos como pizzerías, restós y bares, que se instalan entre Callao y Cerrito, la posicionan como uno de los principales hitos de la cultura bohemia de la región, al punto que llegó a definirse como “la calle que nunca duerme”. Los cambios urbanísticos, como la nivelación y peatonalización del pasaje Santos Discépolo en 2003, y la realización de la primera Noche de las Librerías buscan devolverle la magia perdida en años de ostrasismo y abandono. En 2018 comienzan las obras  para rediseñar su traza y sumar carriles peatonales.