SOCIEDAD
Costo $ 50 millones

Para celebrar el Carnaval, la Ciudad gastó más del doble que el año pasado

A los desfiles en las calles porteñas se sumaron plazas y clubes. Pero además, volvió el corso a la Avenida de Mayo tras diez años, al que fueron 60 mil personas.

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Regreso. El lunes, hubo show y desfiles en la Avenida de Mayo tras una década sin festejos. “Recuperamos el original”, dicen. | GCBA

Nadie duda de que, con el regreso del Carnaval a la Avenida de Mayo después de diez años, la Ciudad recuperó una de las celebraciones populares más significativas y representativas para los porteños. La respuesta masiva a la jornada del lunes pasado, fecha en la que se celebró el cierre del Carnaval y en la que asistieron unas 60 mil personas –según datos oficiales–, dejó en claro el interés que aún despierta la celebración, a pesar del enojo que causan los cortes de calles por la realización de los corsos.

Pero más allá de los trajes de colores y los desfiles, para llevar adelante esta celebración, que se desarrolló durante los fines de semana de febrero y el lunes pasado, la Ciudad desembolsó unos $ 50 millones, un poco más del doble de lo que se utilizó el año pasado, cuando se gastaron $ 23 millones.

Además de los festejos en la tradicional avenida porteña, se realizaron 25 corsos de los cuales seis, y por primera vez, se desarrollaron en plazas y clubes de barrio. Entre ellos el Polideportivo Colegiales, el Anfiteatro de Parque Lezama y el Alvear Club. Mientras que entre las principales murgas que desfilaron por el escenario montado en la Avenida de Mayo y Bolívar se destacaron Los Amantes de la Boca, Los Cometas de Boedo, Los Caprichosos de Mataderos y Los Chiflados de Boedo.

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“Si bien el aumento fue exponencial, los gastos incluyen los subsidios a las murgas que participaron, costos de producción y todo lo referente a la celebración en la Avenida de Mayo, que incluyó también gastos de seguridad, una mejor infraestructura y hasta diferentes propuestas gastronómicas”, aseguró Mora Scillamá, titular de la Dirección General de Promoción Cultural, organismo que depende del Ministerio de Cultura porteño y que está a cargo de los carnavales.

“El Carnaval no es solo lo que sucede en febrero. En noviembre pasado, por ejemplo, se hizo un precarnaval en el que se presentaron las murgas que no fueron seleccionadas para tratar de concursar este año. Mientras que en septiembre se realizó el primer Encuentro Regional de Gestión de Carnavales, en el predio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, con la finalidad de desarrollar vínculos, compartir experiencias y formas de potenciar las buenas prácticas en la gestión de los festejos de Carnaval”, agregó la funcionaria del ministerio que dirige Enrique Avogadro.

Respecto de los fondos utilizados en esta edición, desde esa oficina aseguraron que unos 12 millones de pesos fueron destinados a subsidios, otros 30 millones correspondieron a gastos de producción general, y los 8 millones que restan, al armado y la producción de todo lo relacionado con la puesta en la tradicional avenida porteña. En el caso de 2018, los gastos correspondieron a subsidios –11 millones de pesos– y a producción –los 12 millones restantes–.

 “Con la Avenida de Mayo se recuperó una arteria emblemática para el Carnaval. El objetivo apunta a colocar esta celebración en un lugar diferente; que deje de ser una incomodidad para los vecinos y sea, en realidad, un verdadero festejo. Entendemos que reubicarlo en plazas y clubes es una buena alternativa, que le da otro matiz al corso, otra impronta”, afirmó Scillamá en su charla con PERFIL. “De todas maneras, los corsos tradicionales, como el de San Juan y Boedo, por ejemplo, donde participa todo el barrio y nadie se queja por los cortes de calle, se van a mantener”, concluyó.