“Es muy complejo para un médico o una enfermera tener que hablar con un paciente, representando a la familia para despedirlo", explica el doctor Cristian García Roig, jefe de terapia intensiva de pediatría en el Sanatorio Mater Dei, la institución que comenzó a implementar un programa para permitir visitas a los pacientes internados por coronavirus.
El caso Solange Musse reabrió el debate. La joven de 34 años murió en Córdoba esperando la visita de sus padres, a los que no dejaron ingresar a la Provincia por los protocolos de coronavirus. En una carta, Solange había solicitado ver a su papá antes de morir, pero la policía le prohibió el paso.
"Nosotros estamos muy mal entrenados en comunicación: no existe la materia comunicación en la carrera de medicina", lamenta García Roig y celebra este programa que él, junto con otros especialistas de la institución, desarrollaron para brindar un acompañamiento a los pacientes.
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"Muchas veces no los podemos curar, pero sí acompañarlos siempre y esto es una forma de acompañarlos", explicó el profesional a PERFIL.
El programa, al que tuvo acceso este medio, consiste en el "acompañamiento y contención espiritual para los pacientes sospechosos o confirmados de Covid-19" y busca que cada persona que entre en contacto con el sanatorio se experimente más dignificada". Tanto el personal de la salud como los pacientes y los familiares reciben una capacitación para permitir el ingreso "bajo una serie de condiciones".
Si bien el programa ya se implementaba para pacientes por fuera de la unidad de coronavirus, "recién se cristalizó ahora para este tipo de visitas", expresa García Roig. "Las enfermeras y los médicos están bajo circunstancias muy pesadas y si uno les trae una actividad más les es imposible", detalla el jefe de terapia pediátrica. Y añadió que es necesario que quienes implementen este protocolo tengan en cuenta la "sobrecarga del personal".
En ese sentido, el médico reivindicó el trabajo integral que realiza el personal de la salud: "La comunicación es más de la mitad de lo que hacemos. Si encima uno tiene que hablar con ese paciente que se está muriendo para darle la despedida de parte de los familiares es como que es demasiado y no considero que sea apropiado", explicó.
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El programa del Mater Dei
En principio, el sanatorio tiene el "principio de la proporcionalidad" para que ingresen únicamente quienes sean indispensables a la unidad de tratamiento con el objetivo de evitar la propagación del virus y, así, evitar restringir el "derecho de acompañamiento" vigente en la legislación nacional e internacional.
El médico que trate el caso es quien autoriza la visita, en coordinación con el Equipo de contención. Las personas que ingresen a la unidad de tratamiento lo deberán hacer durante no más de quince minutos.
Las visitas deberán vestir con un equipamiento especial que consiste en un camisolín, un barbijo, unos lentes y unos guantes.
"Las condiciones dependen de la situación del paciente: si al paciente da para visitarlo mañana y no hoy porque está muy grave, la Hermana Lucila se encarga de charlar con los familiares y de explicarles lo que van a encontrar en una terapia", describe García Roig.
CI/MC