Daniel Scioli participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación que el Grupo Perfil organiza junto a la Universidad del Salvador (USAL), en la que se refirió a su posible vuelta al país luego de las elecciones de este domingo. “Creo que el país está en un momento muy sensible y cada uno se tiene que enfocar en la misión y la responsabilidad que tiene. A mí me tocó esta responsabilidad. Yo siento que puedo aportar mucho”, sostuvo.
El actual embajador en Brasilia, exgobernador bonaerense y ex vicepresidente también se refirió a la difícil relación que Argentina mantuvo con Jair Bolsonaro desde que asumió el Frente de Todos. “El gran desafío, y es mi manera de trabajar, es entender que las ideas no son de izquierda o de derecha, son buenas o son malas, le hacen bien a nuestros países o no les hacen bien. Y es bueno que estemos juntos con Brasil, potenciando nuestras industrias”, completó Scioli en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Qué va a pasar con el oficialismo en estas elecciones, hay posibilidad de que revierta los resultados de las PASO?
—El Gobierno hizo un cambio no solamente en el equipo de ministros, sino también en la agenda. Hubo instrumentación de decisiones importantes. Es una acción parlamentaria y tenemos que ponerla en su dimensión. Obviamente, hacer una lectura política y sacar las conclusiones. Hay que seguir adelante buscando esta agenda donde vienen las soluciones de fondo del país, que tienen que ver con el desarrollo, la generación de trabajo, movilizar todo el aparato productivo. La gente con su voto tomara la decisión con mucha responsabilidad. Lo importante es que generemos puntos de encuentro. Yo trabajé mucho en eso, salvando las distancias en la relación con Brasil: tratar de cerrar la grieta con Brasil. Las cosas en las que estábamos con una distancia abismal y buscar el punto de encuentro en las cosas del interés cotidiano. Generar trabajo, promover inversiones, no profundizar la discordia, sino buscar permanentemente lugares de interés común. Así fui atravesando todo, a pesar de que me tocaron los peores meses de la pandemia en Brasil. Así hemos logrado avances muy importantes para el bien de la Argentina. Mi misión es esa: defender a nuestro país.
—¿Va a regresar a Buenos Aires luego de las elecciones para sumarse al Gobierno?
—Yo estoy como responsable del Gobierno en la relación con Brasil. Cada uno puede ayudar desde distintos lugares. A mí el Presidente me confió esta misión, esta responsabilidad compleja y trascendente, por lo que significa para los intereses de Argentina. Este año vamos a exportar alrededor de 12 mil millones de dólares. Y lo interesante de las exportaciones argentinas a Brasil es que son la mayoría manufactura de origen industrial, es decir, con valor agregado. Hicimos misiones comerciales, me han visto muchas veces en supermercados promocionando algún relevamiento de las góndolas y tengo expectativa de la presencia de productos argentinos. Nos pasó con el vino, estábamos en tercero o cuarto lugar y ahora estamos segundos. Nos pasó con el aceite de oliva. Había 49 controversias en el sector agroalimentario. Uno de los casos más emblemáticos es el caso de la pesca de langostinos: hacía diez años que no se podía exportar langostinos a Brasil. Lo hablé con Bolsonaro, lo hablé con el presidente de la Corte, porque se había judicializado, lo hablé con la ministra de Agricultura, Teresa Cristina. Y lo solucionamos. Los problemas solos no desaparecen, y no es que no vengan a comprar: tenemos que salir a vender. Y esa es la impronta que le di a la embajada.
—Retomando la pregunta anterior, ¿existe la posibilidad de que en el corto plazo asuma un cargo en el Gabinete?
—Yo estoy dedicado a esto. Realmente siento que es mucho más lo que puedo hacer, por la agenda que tiene el Presidente cuando dice que tiene que volver a poner la Argentina de pie. ¿Esto cómo se logra? Levantando el país de abajo para arriba, recuperando nuestras industrias, exportando más. Y cuando hablamos de exportar más tenemos que pensar, fundamentalmente, en Brasil: un mercado de más de 220 millones de habitantes. Hay un camino, hay inversiones en ambos lados. Y yo siento que, en este trabajo, estoy desplegando toda la experiencia de otros años para construir relaciones directas con los empresarios de Brasil, con los gobernadores, con todos los ministros del gobierno de Bolsonaro, con todos los expresidentes.
—Hace pocos días usted visitó el Ministerio de Producción y aumentaron las versiones periodísticas que sostienen que usted asumirá un cargo en la nueva etapa del Gobierno. ¿Cree que esas versiones son infundadas?
—Yo trabajo codo a codo y he visitado el Ministerio de la Producción con Matías Kulfas y Ariel Schale porque es lo que tengo que hacer. La impronta que le di a la embajada es ejecutiva, es comercial. Y como lo he visitado a Kulfas he estado también en el Ministerio de Defensa, en Energía con Darío Martínez, con el propio ministro de Economía. Con todos. Porque tengo que construir puente y agenda en común. Trabajo muy bien con Matías y con todo su equipo. Y también, a esta altura de mi carrera política en mi vida, no me puedo hacer eco de versiones, comentarios y rumores, porque sería una falta de respeto al Presidente, que me ha confiado estas responsabilidades. Este es mi lugar de lucha y de trabajo, mi misión, la responsabilidad que me han dado.
—¿Podíamos sintetizar que usted siente que está haciendo un mayor aporte hoy en la embajada de Brasil que lo que podría hacer en Buenos Aires?
—Yo estoy haciendo mi trabajo. Fue siempre una constante en mi carrera política. Me enfoco en eso. Porque si no te distraes y perdés energía en otra cosa y no tiene sentido. Creo que el país está en un momento muy sensible y cada uno se tiene que enfocar en la misión y la responsabilidad que tiene. A mí me tocó esta responsabilidad. Yo siento que puedo aportar mucho.
—Desde que asumió el Frente de Todos aumentó la tensión con Jair Bolsonaro. ¿Esto le trajo inconveniente para establecer relaciones entre ambos países?
—No me trajo ningún inconveniente porque yo antes de hacerme cargo de la embajada le pregunte al presidente Alberto Fernández cuál era las expectativas que tenía y el sobre mi trabajo y me dijo: “Hacé lo que tengas que hacer para tener la mejor relación posible con Brasil pensando en los intereses argentinos”. Así que busqué los puntos de coincidencia para construir diálogo con todos los niveles de gobierno.
—Dijo que tuvo reconstruir el diálogo. ¿Estaba roto el diálogo con Bolsonaro?
—Era público las definiciones de Bolsonaro con respecto Argentina. Había una enorme distancia, los especialistas dicen que era el peor momento en décadas de la relación bilateral. Por eso, me preocupé y me ocupé de reconstruir hablando con toda la comunidad empresaria, hablando con inversionistas de acá, de allá, con el propio Bolsonaro, y cada cosa que le pedí tuve respuesta favorable para Argentina. Logré mucho respaldo en las negociaciones.
—Usted debe ser el representante del gobierno argentino que más ha podido dialogar con Bolsonaro, que más lo ha podido conocer. ¿Cómo define usted a Bolsonaro?
—Primero, soy respetuoso de la voluntad popular. El presidente del pueblo brasilero, lo eligió a él, él habrá interpretado en su momento la demanda de la mayoría de los brasileros que vivían momentos muy sensible a la política de Brasil, de frustración, enojo, como lo quieran llamar. Él es electo presidente, a partir de allí como otros presidentes tuvieron que atravesar el tema de la pandemia con posiciones, situaciones, controversias y discusiones con gobernadores. Ahora, afortunadamente, y por el bien de Brasil encaró una campaña de vacunación muy intensa, él tiene una personalidad muy fuerte. Su determinación, sus locuciones así lo reflejan. El gran desafío, y es mi manera de trabajar, es entender que las ideas no son de izquierda o de derecha, son buenas o son malas, le hacen bien a nuestros países o no les hacen bien. Y es bueno que estemos juntos con Brasil, potenciando nuestras industrias. El sector automotriz es un caso de eso. Juntos somos una potencia agroalimentaria, juntos somos una gran potencia energética. Y más de cuatro millones de turistas en tiempo normal intercambian nuestros países. Por lo que me enfoque en eso y realmente hemos logrado avanzar mucho y estoy seguro que todo lo que tengo planificado va a redundar en mayores beneficios para Argentina en términos de empleo genuino y muchas veces se habla que los planes sociales hay que reemplazarlos por trabajo.
—¿Cómo cree que Bolsonaro gestionó la pandemia en Brasil?
—Ha tenido que corregir y reorientar su política. En Brasil no hubo una articulación con los gobernadores, hubo distintos puntos de vista y hubo muchos conflictos. Particularmente, el gobernador de San Pablo, que había sido un aliado de Bolsonaro, fijó otra posición. Luego, con la única verdad, que es la realidad contundente sobre la pandemia, se lanzaron a comprar vacunas. Y lo importante es que hoy la mayoría de la población está inmunizada y bajaron drásticamente los casos y los decesos por Covid. Prácticamente, se ha vuelto a la normalidad. Hay recaudos, se usan barbijos, pero uno siente el pulso de la economía y el pulso de la vida cotidiana en una normalidad. Así que abrir una polémica de la relación que yo debo tener diaria, sobre si Bolsonaro se manejó bien o mal, no aporta. Evidentemente fue una situación muy compleja al inicio, pero para el bien de Brasil y de su gente y de toda Latinoamérica es bueno que se haya reorientado y puesto el esfuerzo en vacunar, vacunar y vacunar. A pesar de la complejidad del territorio de Brasil a podido llegar todo el país y generar avances.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final que quiera realizar.
—Yo les agradezco está posibilidad de interactuar con jóvenes de una gran vocación de dar un servicio al país de desde una profesión tan importante y tan trascendente como lo es el periodismo, en un espacio y en una empresa que me consta de su profesionalismo. Me acuerdo cuando Jorge Fontevecchia fue a mi casa a entrevistarme: él mismo llegó con el camarógrafo, abrió el baúl de su auto, bajó el equipo y parecía con este entusiasmo de un estudiante de periodismo. La verdad que me impactó. Ahí se muestra la vocación, la pasión, la voluntad, que creo que son valores fundamentales cuando se encara algo. Si tengo que dar una sugerencia es eso: no hay energía más fuerte que la voluntad. Yo creo en el esfuerzo, creo en la coherencia, en la tenacidad, en la perseverancia, el sacrificio. Creo en eso, posiblemente, por mi historia de vida, por mi accidente, por esa parte maravillosa que es el deporte, que te enseña cosas duras en su momento como lo tuve que pasar yo. Creo que eso fue forjando temperamento para no renegar con lo que paso, no rendirse ante los obstáculos. Espero que el dolor en las dificultades haya dejado una nueva Argentina, que tras el paso de la elección podamos tener un dialogo más maduro con todos los sectores. Yo voy a estar siempre para ayudar en ese sentido, esa es la razón de ser.
Luis Miguel Bello, Federico Gil García y Sol Rodríguez Iglesias
Posgrado en Periodismo de Investigación y Escuela de Comunicación