Jesse Woodson James, más conocido como Jesse James nació en 1847 y, a pesar de su corta vida -murió el 3 de abril de 1882, a los 34 años-, inspiró 40 películas, tres canciones y dos videojuegos.
Aunque la leyenda del Far West convirtió a Jesse James en un Robin Hood que robaba a los ricos para repartir el botín entre los pobres, según algunos historiadores, el cowboy de Missouri no habría sido tan generoso: él se habría quedado con la mayor parte de los tesoros que acumuló en sus atracos.
Su padre fue ministro de la Iglesia Bautista, pero murió en California durante la búsqueda frenética en la Fiebre del oro, cuando Jesse James sólo tenía tres años de edad.
Así que su madre, Zerelda, se volvió a casar aún dos veces más y del tercer matrimonio con Reuben Samuel, nacieron otros 4 hermanos de Jesse James, que se sumaron a los tres de la primera boda. A pesar de tantas bocas, a la familia no le fue nada mal, ya que llegaron a tener una plantación de tabaco y siete esclavos.
Jesse James, el "Robin Hood" americano
Missouri era un estado fronterizo durante los agitados años de la Guerra de Secesión (1861 y 1865) entre el Norte y el Sur de Estados Unidos, y se convirtió en un terreno violento donde un promedio de 700.000 estadounidenses perdieron la vida durante los enfrentamientos entre unionistas y confederados.
Por posición e intereses propios, Jesse James y su hermano Frank se unieron a los Confederados sudistas, pero cuando la guerra terminó se rindieron a los unionistas.
Sin embargo, parece que lo pactado no se concretó y Jesse james, un muchacho de carácter, en breve retomó las armas. Y sobre todo el pillaje. Jesse James y su hermano Frank se unieron a los hermanos Younger (Cole, Jim, Bob) y al clan Miller (Clell y Ed) y cometieron tantos atracos que su fama trascendió. Sobre todo por su audacia para asaltar trenes y bancos.
Jesse James, invencible
Jesse James era un jefe nato, el cerebro del grupo, algo que de todos modos, no todos estaban dispuestos a aceptar. Su fama de invencible crecía a la par de sus tropelías por el Oeste, hasta que el mismo gobierno contrató a una agencia de espías, Pinkerton, para dar con los James-Younger.
En 1875, los agentes pusieron una bomba en su casa, pensando que los bandoleros estaban ahí, pero se equivocaron: en el incidente perdió la vida Archie, un hermanito de ocho años, y su madre, un brazo.
El episodio no hizo sino aumentar la ira del bandido que juró venganza a cualquier precio. Finalmente, seis años más tarde, planificó el asalto al tren de Winston para asesinar al maquinista, William Westfall que, según le habían dicho, había tenido que ver en el atentado en su propia vivienda familiar.
Tenía 27 años cuando se casó con su prima –que se llamaba igual que su propia madre, Zerelda (Mimms, de apellido de soltera). De la unión nacieron 4 hijos: Jesse, que llegaría a ser abogado, un par de gemelos Gould y Montgomery que murieron en la infancia, y una niña, Mary Susan.
Enceguecidos por su buena suerte de invencibles, la banda de los James planeó a los tumbos un golpe, ya no en un banco o un tren, sino en un pueblo entero, Northfield. Y les salió mal. Casi todos los miembros de la banda fueron heridos de muerte, cuando el pueblo se defendió a los tiros y, vaya suerte, sólo Jesse James y Frank lograron escapar con vida rumbo a Nashville, en Tennesse.
La taba parecía darse vuelta. Y aunque los James armaron una nueva banda de forajidos, James Band, el gobierno de Missouri ya había puesto precio a sus cabezas: US$ 10.000, muchísimo dinero a fines del siglo XIX.
Tentado por la suma, Robert Ford, uno de los nuevitos en la banda, fue a ver al gobernador y negoció la entrega de Jesse James, el líder, vivo o muerto, a cambio de los diez mil dólares.
Así fue cómo Ford, visitó a Jesse James en su casa y, mientras éste colgaba un cuadro en la pared norte, empapelada, le disparó a quemarropa por la espalda. Sin embargo, de los US$ 10.000 que esperaba cobrar, él y su hermano Charles sólo recibieron US$ 500.
Jesse James, el más famoso
Cuando Jesse James fue asesinado, a pedido de las autoridades, su esposa, sus dos hijos y su madre pasaron dos noches en el Hotel Patee House (denominado World’s Hotel en 1882) mientras revisaban el lugar para iniciar un peritaje.
Hoy día, la casa en donde Jesse James fue asesinado por la espalda puede visitarse. Es un museo, The Jesse James Home Museum y se encuentra en la vereda sur de la calle 12, nº 1201, en la ciudad de St. Joseph, en Missouri. Sin embargo, ese no era el emplazamiento original de la vivienda, que fue trasladada dos veces.
La casa de Jesse James, sencilla, pequeña, con techo a dos aguas y de una sola planta, estaba en su época sobre la calle Lafayette 1318, en la misma ciudad.
En 1939, la trasladaron a Belt Highway, pero el vecindario era tan ruidoso y mantenía tan poca similitud con el ambiente original de fines del siglo XIX que la gobernación de Missouri volvió a trasladarla, en 1977, justo detrás de donde estaba el Hotel Patee House, a dos cuadras de donde realmente vivía Jesse James cuando perdió la vida.
Una de las balas que disparó Robert Ford dejó un agujero en la pared, que aún se ve. Sin embargo, el agujero fue agrandándose con el paso del tiempo ya que los cazadores de tesoros escarbaban para llevarse algún pedacito de la última morada del ídolo popular.
¿Dónde está Jesse James?
El cuerpo de Jesse James descansa en una tumba bajo tierra en el cementerio Mount Olivet, en Kearney, Missouri. Sin embargo, innumerables veces se puso en duda la autenticidad de sus restos, ya que hay otras supuestas tumbas de Jesse James.
Para poner punto final al asunto, en 1995, James Starrs, un profesor de medicina forense de George Washington University, exhumó los restos que yacían en Mount Olivet y realizó exámenes de ADN comparándolos con las pruebas de ADN obtenidas de sus descendientes. Con 99,7% de certeza esos eran sus restos mortales.
Elementos del cadáver que se recuperaron durante la exhumación, también pasaron a integrar parte de la colección de la Casa Museo de Jesse James: las manijas del féretro, trozos de madera e incluso un alfiler de gancho con el que se le prendió al pecho su propia foto para velarlo, y que aún estaba entres sus prendas fúnebres. Desde luego, imágenes del paso a paso de la exhumación completan el souvenir macabro del Robin Hood americano.
Desde 1980, la Casa Museo de Jesse James forma parte del Registro Nacional de Sitios Históricos de Estados Unidos y es una importante fuente de ingresos del Distrito Histórico Patee Town.
Su tumba, sin embargo, ya no se visita como mereciera. Junto a él descansan los restos de su madre y su esposa, las dos Zerelda de su vida y en su propia lápida, aún se lee el epitafio que hizo grabar su madre: "En memoria de mi hijo amado, asesinado por un traidor y un cobarde cuyo nombre no merece figurar aquí".
Se dice que luego de su muerte, la madre de Jesse James vendía a los visitantes los cantos rodados que rodeaban su camposanto y que las reponía cada día.
Tal vez una prueba de que Jesse James efectivamente era el Robin Hood americano y poco y nada le habría dejado a los suyos.