El papa Francisco afirmó este jueves que tiene intenciones de visitar Argentina el próximo año por primera vez desde que fue consagrado en 2013. Durante un encuentro en el Vaticano con jóvenes de la fundación Scholas Occurrentes y un grupo de 50 intendentes e intendentas de Iberoamérica que participaron en un taller de trabajo sobre medio ambiente y ciudades sostenibles, el Sumo Pontífice expresó su deseo de realizar lo que sería su primera visita como pontífice a su país natal.
"Mi idea es viajar a Argentina el año que viene, pero tendremos que ver si es posible", declaró Jorge Mario Bergoglio este 25 de mayo. Dado que 2023 es un año electoral, los meses de marzo, abril y mayo del próximo año se considerarían los más adecuados para esta visita. Durante la actividad de hoy, el Papa no proporcionó detalles sobre la fecha precisa.
"Mi propósito de viajar a Argentina sigue siendo válido; sería injusto decir que no tengo intención de hacerlo", aseguró el sacerdote argentino.
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La Santa Sede habría comenzado a ejecutar la planificación para una próxima visita del Papa a la Argentina. El viaje sería el año próximo después del verano y en el recorrido se incluiría Uruguay y Brasil.
Según una nota publicada por el periodista Sergio Rubin en el diario Clarín, la secretaría de Estado del Vaticano haría el anuncio con los detalles puntuales del arribo de Francisco antes de fin de año. El proceso comenzó en marzo, luego de que el sumo pontífice realizara varias entrevistas a medios argentinos con motivo del décimo aniversario de su pontificado y anunciara que quería venir a la Argentina.
El antecedente
En sus entrevistas, el Papa contó que había proyectado una visita para fines de 2017 y que iba a ser similar a lo que había realizado Juan Pablo II en 1987, que incluyó a Chile y a Uruguay en su viaje, pero ese proyecto se frustró por las elecciones en el país trasandino, ya que los papas evitan ir a lugares con procesos electorales en curso.
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Durante los últimos años Francisco fue aconsejado de no viajar a la Argentina para que no se lo ubique de uno u otro lado de “la grieta” y que esto agudizara más los conflictos.
De todos modos, Bergoglio no dejó de tener observaciones críticas sobre el país, como cuando en enero brindó una entrevista a una agencia de noticias norteamericanas y lamentó la pobreza y la inflación que afectan a la Argentina y responsabilizó a las “malas administraciones”.
En las últimas semanas también reveló que el gobierno de Cristina Kirchner había presionado a los jueces en 2010, cuando era cardenal porteño, para que lo condenaran por delitos de lesa humanidad en la causa ESMA.
Fue tras una denuncia del periodista Horacio Verbitsky en la que lo acusaba de haber “entregado” a la última dictadura a dos sacerdotes jesuitas que se desempeñaban en una villa porteña y por lo que fue absuelto.
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“Quiero ir a Argentina el próximo año", dijo Jorge Bergoglio en una conversación con el periodista Joaquín Morales Solá y publicada el domingo 23 de abril en diario La Nación. El periodista dijo que el viaje de Francisco a la Argentina fue postergado solo por cuestiones vinculadas con otros viajes, aunque siempre se especuló que tenía que ver con la situación política del país.
"Llevo diez años fuera del país y no tengo el pulso de lo que está pasando en Argentina. Sería injusto que en tales circunstancias tuviera simpatías o antipatías", aseguró entonces Francisco.
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