Aunque la decisión final se dará por consenso en una nueva reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, gran parte de sus principales referentes decidieron que avanzarán con la postergación de las PASO, dado el avance de la pandemia.
La conclusión se desprende de la voluntad de los dirigentes de las tres fuerzas que componen JxC y cuyos referentes parlamentarios se reunieron el jueves a la noche con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro y el titular de Diputados, Sergio Massa.
“La mayoría quiere acordar pero de manera institucional. Que sea el Congreso el que defina y con dos objetivos inamovibles: uno es que no haya posibilidad de discrecionalidad de parte del Gobierno y el otro que se garanticen las primarias sin trampas, ni ley de lemas ni cosas raras”, lo sintetiza ante PERFIL un hombre clave del frente opositor.
El proyecto oficialista propone posponer la PASO del 8 de agosto al segundo domingo de septiembre y las generales del 24 de octubre al segundo domingo de noviembre. Además, supone una campaña “corta”: un mes y medio desde la oficialización de las candidaturas y el inicio de la campaña a la primaria.
En principio, los tres diputados que fueron a la reunión (el radical Mario Negri, Cristian Ritondo, del PRO; y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica) le pidieron al oficialismo tiempo para llevar el tema a JxC para tener una posición común. Ese jueves a la noche habían solicitado un borrador que fue presentado este viernes.
Triunfo. En el frente opositor tomaron como una victoria una de las definiciones clave: De Pedro les aseguró que no estaban pensando en eliminar las PASO sino cambiar su fecha. Este era uno de los puntos innegociables para la oposición: las primarias son centrales. “Logramos enterrar la idea de que se vote todo en un día”, se ufanaba uno de los diputados que estuvo en la reunión.
En este marco, el tema será tratado en los próximos días (aún no hay fecha de una nueva reunión de JxC pero sería en diez a quince días). Ya el martes pasado solo se dejó abierta la posibilidad de postergar los comicios hasta un mes, si es que los datos de la pandemia lo ameritaban. Esta posición la sostuvieron Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, los dirigentes de la Coalición Cívica y un sector del radicalismo.
En el frente opositor tomaron como una victoria la propuesta del ministro De Pedro
“Estamos de acuerdo con el borrador que mandó el Ejecutivo y eso vamos a transmitir en JxC. Pero vamos a dar la discusión ahí, veremos qué dicen, no encuentro muchos argumentos para otros se opongan”, afirmó a este diario uno de los hombres claves del partido de Elisa Carrió.
Por su parte, Mauricio Macri no estaba de acuerdo con modificar reglas en un año electoral pero se mostró más permeable a algún cambio, siempre que "no haya alguna trampa”. Patricia Bullrich fue de las más reacias a cualquier modificación y fue quien motorizó la idea de que cualquier proyecto no podía darle “discrecionalidad” a la Casa Rosada en materia electoral.
Por su lado, los gobernadores radicales sostienen que las PASO debían eliminarse, en consonancia con un sector del oficialismo. En especial, Gerardo Morales, el jujeño, quien no cesa en sus apoyos explícitos e implícitos (como cuando pide votar a sus dos diputados cualquier iniciativa oficial) al Frente de Todos.
Por su parte, el senador Martín Lousteau viene desconcertando: a Larreta le planteó una idea cercana al consenso y luego en la mesa nacional se lo escuchó plantear otra más dura. Por lo pronto, Negri y los radicales no querían que se tome un proyecto de Carla Carrizo para acotar el tiempo entre las PASO y la general y que también permite el cambio de fecha. Había sido presentado en 2019 cuando Macri perdió las primarias y se generaron varios meses de caos económico y político hasta las generales.
De todos modos, el Gobierno se negó a implementar la boleta única papel, uno de los pedidos del “ala dura” de JxC (la licitación para la organización de las elecciones ya fue lanzada, respondió el ministro del Interior) ni dar marcha atrás con el decreto que frenó la posibilidad del voto postal a los argentinos en el exterior. En este caso, ya hay un amparo en camino para frenarlo. Lo único que ya hubo acuerdo: que los efectivos de las Fuerzas Armadas que estén en funciones puedan sufragar en la mesa más cercana.
