El 28° Congreso ECO Obesity, del que participaron expertos como Alberto Cormillot, Mónica Katz, Julio Montero, Elsa Costanzo y Paola Harwicz, centralizo a la obesidad como una enfermedad que no discrimina por edad y requiere de un tratamiento médico multidimensional. Los referentes del área destacaron que esta afección es un factor de riesgo invisible del coronavirus.
“Hay una negación que se da porque está instalado el prejuicio de que las personas con sobrepeso si quisieran podrían adelgazar, que no tienen carácter, y eso debilita mucho cualquier posicionamiento del tema obesidad y pandemia”, señaló el doctor Alberto Cormillot.
Solo un poco de sobrepeso aumenta el riesgo de cuadro grave de COVID-19
Además de su desarrollo de manera virtual, el evento permitió la asistencia de profesionales a las charlas que se realizaron en hotel Hilton de Pilar. Una de las principales conclusiones a la que arribo este Congreso fue que el paciente con obesidad debe ser observado por diferentes especialistas. Entre ellos el cardiólogo, el psiquiatra, el endocrinólogo, el ginecólogo, el clínico y, obviamente, el especialista en nutrición. Esto en referencia a que esta enfermedad es la puerta de entrada a otras patologías.
Los niños y adolescentes fueron otro foco sobresaliente del encuentro. En ese caso indicaron que para cumplir con el objetivo de poder evitar la ganancia de peso en esa edad hay que trabajar desde la educación alimentaria y el estímulo para que lleven una vida activa a largo plazo. Un dato preocupante que se mencionó fue que actualmente hay chicos con obesidad y diabetes tipo 2, que antes era patrimonio exclusivo de los adultos. Para esquivar esa situación es necesario que los profesionales puedan intervenir de manera precoz, y así poder modificar estilos de vida y hábitos nocivos.
Obesidad: por mejor atención y más resultados
“Hay que empezar a tratar esta enfermedad en una etapa de pre-obesidad, es decir, personas con sobrepeso que han intentado numerosas veces un cambio en el estilo de vida y no han logrado el descenso de peso para reducir el riesgo metabólico. Estos procedimientos en particular hay que llevarlos adelante también con un fármaco que acompañe y un tratamiento conductual que permita el mejor abordaje de ese paciente”, expresó la doctora Paola Harwicz.
En este sentido, la jefa del servicio de psiquiatría del Fleni, Elsa Costanzo, detalló: “La depresión es un factor contribuyente y de riesgo en el desarrollo y mantenimiento de la obesidad, por lo que creemos que el rol del psiquiatra es indispensable en el manejo de esta patología. Consideramos de suma importancia analizar los trastornos del estado de ánimo de todos los pacientes con desórdenes en la conducta alimentaria e implementar las medidas que sean necesarias para el tratamiento”.
Muertes por coronavirus crecen en países con más obesidad
Por su parte, la doctora Mónica Katz afirmó: “En este Congreso analizamos la jerarquía de la obesidad como la enfermedad crónica más prevalente a nivel global. La obesidad es una pandemia de ‘muerte lenta’ y existe una inercia política frente a esta sindemia (interacción de dos epidemias o enfermedades).
“Este Congreso acerca a los profesionales a las tendencias científicas y a sus proyecciones asistenciales, aportando los conocimientos que las sustentan para una mejor práctica y armonía entre todos los que comparten el escenario”, concluyó el doctor Julio Montero, presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios.
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