Luego de padecer problemas en su salud que la obligaron a ausentarse durante varios actos a lo largo de seis meses, la reina Isabel II, de 95 años, volvió a aparecer en público este martes. El motivo por el que volvió a mostrarse fue una misa en Londres en honor al príncipe Felipe, su difunto esposo.
La salud de la reina se vio comprometida y causó preocupación en octubre del año pasado, cuando debió comenzar a guardar reposo y pasó una noche hospitalizada con el objetivo de realizarse pruebas médicas que no fueron especificadas. Además, a fines de febrero, la monarca también atravesó un cuadro de Covid-19.
A raíz de las indicaciones médicas, y cumpliendo con el reposo recetado, Isabel II renunció a participar en varios actos relevantes para la corona. Se esperaba su reaparición para el Día de la Mancomunidad Británica, el pasado 14 de marzo, pero tres días antes canceló su participación porque presentaba dificultad para desplazarse y se negaba a mostrarse en silla de ruedas, según señaló la prensa del Reino Unido.
Por otra parte, la misa del día de hoy en la que participó la monarca tuvo un carácter muy especial y personal que la llevó a asistir, ya que allí se homenajeó al hombre a quien ella llamaba su “pilar” y con quien compartió 73 años de matrimonio.
El príncipe Felipe falleció el 9 de abril de 2021 a la edad de 99 años. Al haber ocurrido en plena pandemia, sólo se permitió la asistencia de 30 invitados a su funeral, el cual fue restringido y en el que se vio a la reina sentada sola para cuidar los protocolos.
En un contexto más relajado y con muchas restricciones levantadas, la ceremonia de este martes incorporó algunos elementos que habían sido previstos para el funeral original del Duque de Edimburgo pero que no pudieron llevarse a cabo, según detallaron desde el Palacio. Entre estos elementos se incluyen coros y presencia militar.
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El acto se llevó a cabo en la Abadía de Westminster, la cual fue decorada con flores rojas, blancas y azules para la ocasión. En este punto, Isabel II ingresó por una puerta lateral del brazo del príncipe Andrés, su segundo hijo, y luego caminó sola hasta su asiento.
Aproximadamente 1800 personas asistieron al acto entre familia, amigos y gente cercana. Entre ellos la familia real británica y unos 30 invitados de la realeza extranjera, como los reyes Felipe y Letizia de España, el príncipe Alberto de Mónaco, y Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, junto a otra docena de casas reales y antiguas monarquías de Europa y Oriente Medio.
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