La fiesta del Mundial de Qatar no está exenta de polémicas: si bien las autoridades qataríes transmitieron que "todo el mundo es bienvenido", la hospitalidad se vio opacada por la actitud hacia varios espectadores que llevaban el símbolo del arcoíris que identifica a la comunidad LGBTQ+. La discordia se acentúa por la postura inflexible de la FIFA que impidió a los capitanes de las selecciones europeas vestirse con el brazalete "One love".
A esta altura, todo visitante del país anfitrión del Mundial sabe que las relaciones entre individuos del mismo sexo están prohibidas en el emirato.
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Sin embargo, el conservadurismo islámico quedó expuesto cuando a varios espectadores les requisaron camisetas y sombreros "arcoíris" en los controles de acceso al estadio en que se disputó el partido entre Estados Unidos y Gales, que terminó en empate (1-1) el martes por la noche
Las polémicas expresiones de un médico qatarí
Grant Wahl, corresponsal de la CBS protagonizó un incidente con los agentes de seguridad por llevar una camiseta que exhibía un balón de fútbol con los colores del arco iris. El periodista se preparaba para ingresar al estadio Ahmad Bin Ali en Al Rayyan para el partido de Estados Unidos contra Gales.
Pero los guardias lo detuvieron instantáneamente en la entrada del estadio y le "exigieron agresivamente" que se quitara la camiseta. 'Tienes que cambiarte la camisa. No está permitido', dijo que le ordenaron.
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El académico qatarí Dr. Nayef bin Nahar reavivó la polémica tras afirmar que estaba "orgulloso de lo que sucedió".
Por su parte, el Dr. Al-Shammari, director del Centro Ibn Khaldon de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Qatar, tuiteó: "No sé cuándo se darán cuenta los occidentales de que sus valores no son universales".
"Hay otras culturas con valores diferentes que deberían ser igualmente respetadas. No olvidemos que Occidente no es el portavoz de la humanidad", agregó el qatarí.
El arcoíris, símbolo de la discordia
"Mientras hacíamos fila, vimos cómo algunas personas que llevaban un sombrero arcoíris", símbolo de la asociación galesa de aficionados LGBT Rainbow Wall, "tuvieron que quitárselo", explicó a la cadena ITV News Laura McAlister, excapitana de la selección galesa de fútbol. Actualmente McAlister integra el comité ejecutivo de la federación de fútbol de su país.
En sintonía con lo anterior, Rainbow Wall difundió en las redes sociales un video en el que se ve a la excapitana intentando ingresar con el "sombrero de la discordia", mientras un agente de seguridad terminó obligándola a quitárselo.
"Dijeron que (...) era un símbolo prohibido y que no estábamos autorizados a llevar dentro del estadio", amplió McAllister, quien escondió el sombrero dentro de su dentro mochila y pudo ponérselo luego en el estadio. "Fue una pequeña victoria moral", comentó.
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Frente a esto, la federación galesa se mostró "muy decepcionada" y afirmó que "abordaría esta cuestión directamente con la FIFA el martes".
A pesar de las indagaciones de la prensa, ni la FIFA ni el Comité Supremo de organización se expresaron acerca del incidente.
La exfutbolista Alex Scott "se arriesgó" con el brazalete inclusivo
La periodista estadounidense Grant Wahl confirmó en Twitter que antes del partido los agentes de seguridad la tuvieron retenida por llevar puesta una camiseta arcoíris.
Alex Scott, exfutbolista del Arsenal y actualmente periodista de la BBC, exhibió un brazalete de "One Love" durante la retransmisión en directo del partido Inglaterra-Irán.
Su gesto resultó desafiante tanto para las autoridades locales como para la FIFA, que mantuvo una posición errática en torno a la cuestión, ya que por un lado "apoya a la comunidad LGBTQ+", pero al mismo tiempo amenazó a los jugadores con sancionarlos deportivamente si lucen el brazalete arcoíris.
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Alemania vs la FIFA
En ese sentido, la selección alemana manifestó su descontento por no poder portar el símbolo "One Love", de acuerdo con las declaraciones de este martes del entrenador alemán Hansi Flick.
La federación de fútbol de Alemania amenazó incluso con denunciar a la FIFA por esta problemática que considera ofensiva.
La UEFA, confederación del fútbol europeo, también mostró una posición ambigua sobre los derechos de las personas LGBTQ+ durante la Eurocopa del año pasado.
En aquella oportunidad, la organización impidió que el estadio Allianz de Múnich se iluminara con los colores del arcoíris antes de un partido de la selección alemana contra Hungría, cuyo gobierno había impulsado una serie de leyes homófobas.
CA/DS
