Juan Carlos Zarza, el piloto del helicóptero que sacó al presidente Fernando de la Rúa de la Casa Rosada aquel trágico 20 de diciembre de 2001, habló sobre la misión para proteger la vida del mandatario en el marco de la profunda crisis social y política de la Argentina.
"Me acuerdo haber arribado a Olivos y ver el desplazamiento de tropas, movimiento de camiones que antes no se usaban", comenzó diciendo el vicecomodoro, quien manifestó percibir la puesta en marcha "de cosas que no cerraban".
En declaraciones a radio Metro 95.1, recordó haber ingresado en el turno de la mañana y tras realizarle una inspección a la aeronave recibió la orden de cambiar de destino: en lugar de aterrizar en Olivos, hacer base en Aeroparque.
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“Nos posicionaron en un lugar que nunca estábamos, en la cabecera sur de la plataforma militar. El jefe de la plataforma nos cedió su oficina para estar en contacto con la agrupación aérea de presidencia y comenzamos a recibir una serie de directivas en cuanto a las posibilidades de realizar una evacuación”, continuó el Brigadier, actualmente retirado.
Tras haber aumentado las protestas y los incidentes en los alrededores de la casa de Gobierno, Zarza dijo que se evaluó la extracción aérea porque la vía terrestre estaba cerrada. "Tal vez no pensando en el techo, sino todavía en el helipuerto”, señaló, al mismo tiempo que aseguró que pensaron en tres lugares posibles para llevar al ex jefe de Estado, fallecido en 2019: Uruguay, la base del ejército o la Quinta de Olivos.
Según explicó el piloto, la tensión iba en aumento y a las 19.25 se le ordenó retirar al, ya en ese momento, ex presidente. Cuando el dirigente radical subió al helicóptero, Zarza expresó que no sabía que acababa de renunciar.
"Vimos mucha gente en los techos, con armas largas y uniformada”, señaló, y dijo: "realmente el nivel de vulnerabilidad que teníamos era muy alto”.
Por último, explicó que no tenía certezas sobre cuál sería el destino del vuelo, pero se enfocó junto a su copiloto de preservar la situación de riesgo sobre el mandatario, sobre quien declaró que se lo veía "aliviado".
"No hubo diálogo, lo único que escuché es que tenía el cinturón puesto. Él estaba en sus cabales, pero sentí que estaba liberado", concluyó en su relato sobre el instante que quedó grabado en el recuerdo de los argentinos.
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