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Talibanes vuelven al infierno a las mujeres afganas: reimplantan la burka y "sugieren" quedarse en casa

Un decreto este sábado reimplantó duras condiciones de vestimenta "para evitar la provocación". Además están excluidas de nuevo empleo público, cerraron centros femeninos de enseñanza, impusieron días de visita separados en los parques y ya no pueden viajar "a menos que lo hagan acompañadas por un varón de su familia".

Los talibanes volvieron a imponer la burka a las mujeres en Afganistán.
Los talibanes volvieron a imponer la burka a las mujeres en Afganistán. | AFP

Los talibanes retrocedieron a las etapas más duras de su "sharia", reimplantando este sábado durísimas restricciones a las libertades femeninas en Afganistán. Así se ordenó que deberán volver a usar en público "un velo que las cubra de pies a cabeza, preferiblemente un burka", que solo deja una pequeña rejilla a la altura de los ojos, pero además la medida se enmarca en un total retroceso de los avances que las mujeres habían conseguido en las últimas dos décadas.

En un decreto publicado este sábado, Hibatullah Akhundzada, jefe supremo de los talibanes y de Afganistán, ordenó que las mujeres "deberán volver a cubrir completamente cuerpo y rostro en público", estimando que el burka, que solo deja una rejilla a la altura de los ojos, "es la mejor opción".

"Tendrán que llevar un chador [un término que también se usa para designar al burka] porque es tradicional y respetuoso", indicó.

Mohammad Sharif, el líder supremo de los talibanes en Afganistán, este sábado 7 de mayo al anunciar las nuevas restricciones a las mujeres.
Mohammad Sharif, del Consejo Supremo de los Talibanes, lee el decreto de vestimenta en Afganistán. (FOT AFP)

"Las mujeres que no sean ni demasiado jóvenes ni demasiado mayores tendrán que cubrir su rostro cuando estén frente a un hombre que no sea miembro de su familia, para evitar la provocación", precisa el texto. y señala "si no tienen algo importante que hacer en el exterior, es mejor para ellas que permanezcan en casa".

 

Castigo a los que no respeten el uso del velo

El decreto detalla también los severos castigos a los que se exponen los responsables familiares que no hagan respetar el uso del velo integral. Las dos primeras faltas merecerán una advertencia. A la tercera, irán tres días a la carcel y si reinciden, serán conducidos ante un juez para penas mayores.

Además, si una funcionaria del gobierno no lleve este tipo de velo será inmediatamente despedida.

"El islam jamás ha recomendado el chador", dijo a la AFP una militante de los derechos de la mujer que sigue viviendo en Afganistán. "Los talibanes, en lugar de avanzar, dan marcha atrás. Se comportan como durante su primer gobierno, son los mismos que hace 20 años", agregó la mujer, pidiendo a la agencia AFP que su nombre no fuera divulgado.

Desde el retorno al poder del grupo islamista, a mediados de agosto, el temido ministerio de la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio había publicado varias consignas sobre cómo deben vestirse las mujeres. Pero se trata del primer decreto nacional sobre el tema.

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Hasta ahora, los talibanes habían exigido que las mujeres usaran como mínimo un hiyab, un velo que cubre la cabeza pero deja descubierto el rostro, aunque ahora recomendaban el uso del burka.

Los talibanes impusieron el uso del burka durante su primer régimen, entre 1996 y 2001, durante el cual llevaron a cabo una fuerte represión contra los derechos de las mujeres, de acuerdo con su interpretación rigorista de la "sharía", la ley islámica.

En aquella época, los agentes del ministerio de la Promoción de la Virtud azotaban a las mujeres que eran sorprendidas sin usar burka, una vestimenta que ha seguido usándose desde hace muchos años en regiones afganas más tradicionales y rurales.

 

Promesas incumplidas

"Estamos en una nación rota, que es atacada de una manera que no podemos entender. Como pueblo, estamos aplastados", tuiteó Muska Dastageer, exprofesora en la universidad americana de Afganistán, que hoy reside en el extranjero.

Tras haber vuelto al poder a mediados de agosto, al término de dos décadas de presencia militar de Estados Unidos y sus aliados en el país, los talibanes prometieron implantar un régimen más tolerante y flexible.

Pero rápidamente fueron tomando medidas contra las mujeres, como excluirlas de los empleos públicos o prohibirles viajar solas, libertades que habían conquistado en los últimos 20 años y que se esfumaron rápidamente.

En marzo, tras meses prometiendo que autorizarían la educación a las chicas, los talibanes ordenaron el cierre de los centros femeninos de enseñanza secundaria. Este cambio de actitud inesperado, que justificaron argumentando que la educación de las niñas debía hacerse plegándose a la "sharía" escandalizó a la comunidad internacional.

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Los talibanes también impusieron la separación entre hombres y mujeres en los parques públicos de Kabul, con días de visita atribuidos para cada sexo.

Asimismo, los islamistas ordenaron a las aerolíneas en Afganistán que impidan que las mujeres tomen vuelos a menos que estén acompañadas por un varón de su familia.

Días después, funcionarios talibanes de Herat, la ciudad más progresista de Afganistán, pidieron a los instructores de escuelas de conducir que no entreguen permisos a las mujeres, que conducen tradicionalmente en las grandes ciudades del país.

Tras la llegada de los talibanes, las mujeres quisieron conservar sus derechos manifestándose en Kabul y en otras grandes urbes. Pero sus protestas fueron reprimidas violentamente y muchas afganas fueron detenidas incluso durante semanas.  

 

AFP/HB