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REPASO HISTORICO

Qué es el anarquismo, el movimiento que integra el primer detenido por el atentado a Clarín

El movimiento llegó al país a principios del siglo XX y como una expresión de lucha de clases. Cómo ha actuado en Buenos Aires. 

Ataque a Clarín con bombas Molotov 20211126
Ataque a Clarín con bombas Molotov | Cedoc Perfil

La detención del primer sospechoso de haber participado del ataque incendiario contra la sede del diario Clarín volvió a poner en escena la acción del anarquismo. Es que este viernes por la mañana se comenzó a confirmar la hipótesis de que el ataque con bombas molotov habría sido perpetrado por un grupo de anarquistas a partir del perfil del primer detenido.

Tras el análisis de más de 400 cámaras de seguridad, la Justicia logró dar con los rostros de las personas que participaron del ataque y durante la madrugada eso se tradujo en un primer allanamiento. La policía llegó a un edificio de la calle Lavalle casi Bulnes, donde se llevó detenido a Martín Michel Gallarreta Albin, un ciudadano uruguayo nacionalizado argentino que, según datos de la AFIP, trabaja como mensajero.

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Padre de un hijo, de acuerdo a la información que trascendió hasta el momento, el primer sospechoso sería integrante de un grupo anarquista. Al menos así lo reflejaron las fuentes judiciales que precisaron que en su departamento había bibliografía de ese movimiento político y en sus redes sociales tenía publicados varios relacionados

Si bien un precepto común es que se trata de una ideología que tienen personas que no reconocen la autoridad del Estado o viven en un estado de rebelión constante, lo cierto es que en la actualidad hay muchas corrientes con matices que varían. 

Más allá de que no hay una expresión altisonante del anarquismo, en la Argentina y en Buenos Aires está activo, al menos así lo demuestran una serie de episodios ocurridos en el último tiempo. 

Las expresiones anarquistas 

Sin ir más lejos, en agosto de este año aparecieron una serie de pintadas que llamaron la atención. Fue durante la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil, donde la Catedral Metropolitana y el Cabildo fueron blanco de los vándalos. 

Es que en esos dos lugares aparecieron frases pintadas con aerosol y de tinte anarquista radical. “Estado Asesino”, “La única iglesia que ilumina es la que arde”, “La yuta se quema” o  “El Estado apunta, la policía dispara”. Bajo de todas las frases apareció el tradicional símbolo identificatorio de la ideología, que consta de una letra A dentro de un círculo. 

Unos meses antes, los medios habían replicado la noticia de la liberación de tres militantes anarquistas que en 2018 habían lanzado una bomba casera contra la casa del fallecido juez federal Claudio Bonadío. Ocurrió en el barrio porteño de Belgrano y los detenidos fueron condenados a tres años de prisión. 

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Ese mismo año, otra militante anarquista llamada Anahí Salcedo había quedado detenida tras la explosión de una bomba casera en el Cementerio de la Recoleta. La mujer la había arrojado en la tumba de Ramón Falcón, ex jefe de la Policía porteña asesinado en 1909 por el anarquista Simón Radowitzky. Sin embargo, sufrió heridas de gravedad y pérdida de sus dedos. 

Días después de aquel episodio, Telenoche difundió una entrevista con Carina, una compañera de Salcedo, quién dejó una definición acerca de su ideología. "Nosotros estamos dispuestos a morir y a perder nuestras libertades. Nunca me gustó que el Estado ejerza nada sobre mí. Tampoco estoy a favor de las leyes, que son el peor crimen que puede haber para la sociedad", dijo.

A propósito de esos hechos, Aníbal D'Auría, investigador, analista, anarquista y profesor de la Universidad de Buenos Aires fue entrevistado en LN+, donde dejó una definición del movimiento en la actualidad. "Hay distintas formas de clasificarnos, el anarquismo es inabarcable. No es un partido político; nos juntamos cuatro o cinco y decimos 'somos anarquistas'. En común podemos tener el deseo y la acción para lograr una sociedad más equilibrada, a grandes rasgos", había dicho.

Los albores del anarquismo argentino

En términos históricos, la llegada del anarquismo a Buenos Aires data del siglo XIX, cuando la oligarquía porteña buscaba consolidar la ciudad como el epicentro del poder. Para el historiador José Pablo Feinmann, se trata de un desembarco a raíz de la "carencia de habitantes" en un territorio en el que para consolidar su poder y hegemonía, el poder central había "exterminado y aniquilado a gauchos, negros y pueblos originarios, todos los que se les oponían a los poderosos". 

Eran tiempos de Juan Bautista Alberdi, que ya pensaba que gobernar era poblar, por lo que el país empezaba a abordar la idea de traer inmigrantes de Europa. Ese proceso comenzó a ejecutarse pero de una manera que no era la esperada por el poder central porteño: la oligarquía pretendía que lleguen inmigrantes de clase como los ingleses, pero sólo llegaron ácratas, anarquistas, polacos, judíos, italianos y rusos. "Todos ellos llegaron a un país hostil para trabajar. Los trataban mal porque los consideraban la desgracia de Europa, los hambrientos", definió Feinmann en Filosofía Aquí y Ahora (Encuentro). 

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Con el paso del tiempo, esos inmigrantes comenzaron a rebelarse contra lo que consideraban malos tratos. Como resultado de eso nació la primera organización sindical poderosa que hubo en el país, que se llamó Federación Obrera Regional Argentina (1901). Bajo ese nombre comenzaron a expresarse ideas que hasta ese momento eran inéditas en Argentina. Una de ellas fue la de "comunidad obrera", una expresión de tinte progresista vinculada a la lucha de clases.

Ese clima de organización generó enojo en el poder, por lo que en 1919 llegó la Ley de Residencia, que fue redactada por Miguel Cané. "Lo hace porque tenía miedo a que llegue a la ciudad la 'marea roja' que ya estaba en Europa. Por esa idea pergeña la ley, que fue una normativa contra la ideología de los inmigrantes incómodos que eran los ácratas, los anarquistas que querían armar sindicatos. A esos había que echarlos", resumió Feinmann. 

Pero antes de ello, en la ciudad ya se habían producido episodios que marcaron la época: huelgas en conventillos y el asesinato del jefe de la Policía Ramón Falcón perpetrado por la bomba que le arrojó Simón Radowitzky fueron algunos de los episodios trascendentales. 

Para ese entonces, la idea de anarquismo que se expresaba en Buenos Aires buscaba, según Feinmann, reivindicar la lucha de la clase obrera. "Los anarquistas no cuestionaban el poder ni pensaban tomarlo", aseguró.

Severino Di Giovanni: un anarquista reconocido

Como en todo proceso histórico y político, siempre hay referentes que pasan a la historia por su rol durante episodios clave. En el anarquismo argentino, una referencia inevitable es Severino Di Giovanni, un periodista, escritor y tipógrafo italiano que llegó al país en la década de 1920.

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Lo hizo luego de crecer en su país natal en medio de un contexto de posguerra y luego de varios años de tomar fuerte militancia anarquista. El punto que motivó la decisión de emigrar a Buenos Aires llegó con el proceso de persecución fascista. 

Una vez en el país, junto con su pareja se instalaron en Morón, aunque Di Giovanni viajaba diariamente a la ciudad de Buenos Aires a trabajar como tipógrafo. Sin embargo, durante las noches se dedicaba a la redacción de Culmine, un periódico que le hablaba a los inmigrantes anarquistas en medio del proceso de lucha obrera.

cp