El Papa Francisco proclamó este domingo 15 de mayo a 10 nuevos santos, la mayoría religiosos, que vivieron en diferentes continentes y épocas.
En una ceremonia solemne, celebrada en la plaza de San Pedro y ante miles de peregrinos, el Sumo pontífice proclamó, entre otros, la primera santa de Uruguay, la religiosa ítalo-uruguaya Francisca Rubatto, que pasó parte de su vida en América Sur a finales del siglo XIX.
Charles de Foucauld, referente de la llamada "espiritualidad del desierto", también fue nombrado santo. La vida del ermitaño, asesinado en 1916 en el desierto de Argelia, es considerada un ejemplo para todos los católicos, según el mismo Papa Francisco, quien elogió su "capacidad para sentirse hermano de todos".
Cuál es la fórmula usada por la Iglesia para canonizar
Entre los diez nuevos santos también están los franceses César de Bus (1544-1607), fundador de la congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana, quien trabajó por el renacimiento del cristianismo en una época convulsa por los comienzos de la Reforma protestante, y la hermana Marie Rivier (1768-1838), maestra, fundadora de la congregación de la Presentación de María.
El intelectual y periodista holandés Titus Brandsma (1881-1942), conocido por su oposición a la propaganda nazi durante la Segunda Guerra Mundial, fue canonizado y su proclamación fue recibida con entusiasmo por la prensa católica. Días atrás, un grupo de periodistas había firmado una carta abierta para que el papa lo designara su santo patrón.
El primer laico indio en ser santo es el mártir Lázaro, Devasahayam Pillai (1712-1752), un hindú convertido al cristianismo. Fue arrestado, torturado durante tres años y luego ejecutado, y se negó a abandonar su fe.
También fueron canonizados los sacerdotes italianos Luigi Maria Palazzolo (1827-1886) y Giustino Maria Russolillo (1891-1955), y las monjas italianas Maria Domenica Mantovani (1862-1934) y Maria di Gesù Santocanale (1852-1923).
El Papa Francisco proclamó santos a un obispo asesinado y a Pablo VI
Los requisitos que deben cumplir quienes llegan a ser nombrados santos
Para llegar a ser santo de la Iglesia Católica, el candidato debe recorrer un largo camino: primero ser siervo de Dios o mártir, luego beato y finalmente santo.
Antiguamente, los santos eran proclamados por "vox populi", es decir por aclamación popular. Luego, para evitar abusos, la Iglesia estableció esas tres etapas y los obispos asumieron la responsabilidad de iniciar el proceso con una investigación sobre la vida de los candidatos.
La propuesta para iniciar una causa de beatificación –como se llama el primer paso– generalmente se presenta luego de transcurridos los cinco años de la muerte del candidato.
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Todo milagro debe ser certificado en el caso de que se trate de la curación permanente y no científicamente explicable. Una vez que la Iglesia considera comprobada esa intervención, el candidato podrá ser proclamado "beato".
Para ser santo, el Código de Derecho Canónico exige la comprobación de un segundo milagro ocurrido después de la beatificación.
AG / ED