Productores de trigo piden una baja de impuestos para estimular la siembra del cereal

Los productores continúan reclamando un alivio fiscal e incentivos que permitan llevar a cabo una nueva campaña triguera, que comenzará mayormente en junio con la siembra del cereal a nivel nacional. Además, según la óptica de los agricultores, la inversión privada se ve seriamente condicionada por la suba de hasta un 30% interanual que presentan fertilizantes como la urea y la caída que reporta el precio internacional del cultivo.

Por ello, productores cordobeses como Gabriel de Raedemaeker, otrora vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), explicó en diálogo con el programa “Aire de Campo”, que se emite por radio Perfil, la necesidad de contar con condiciones económicas que estimulen la decisión del productor de trigo de avanzar con la inversión no solo en el cultivo sino también en fertilizantes, necesarios para consolidar los rindes que se obtengan.

“El precio de la urea está un 30% más caro que en el 2023, esto se suma a la caída de los precios para el trigo y una presión fiscal mayor, con suba de costos productivos. Todo esto deja al productor de trigo una ecuación de costos que se come por completo la renta agrícola potencial: así la intención de siembra, que debe hacerse en semanas, se disipa”, explicó De Raedemaeker.

Por ello, el ruralista cordobés consideró que “hace falta una señal clara de eliminación de los derechos de exportación y ofrecer también condiciones al campo necesarias para expresar su potencial” y también refirió que “hoy en la actividad agropecuaria estamos teniendo una inflación importante en dólares, a través del encarecimiento del precio de los insumos agrícolas”.

“Así, hace falta la eliminación del Impuesto País, y también de los derechos de exportación. Y también acelerar la eliminación del cepo y la brecha cambiaria. El anuncio debería ser ya para permitir que el agricultor se decida a invertir. Pero hoy, como están las condiciones impositivas, el cultivo del trigo no cierra en Córdoba”, dijo De Raedemaeker.

En esta línea, planteó que “el valor del trigo cayó 50 dólares por tonelada en el último año y eso sumado a que no disminuye la presión fiscal. Además, tenemos aún un tipo de cambio para la compra de insumos que nos castiga fuertemente con el Impuesto País y sin unificación cambiaria, tenemos aún una brecha que nos distorsiona. Al mantener los derechos de exportación, todo esto no acompaña la intención de siembra que podría tener el productor”.

“Córdoba podría y debería llegar a cubrir 2 millones de hectáreas con la siembra de trigo, y casi podría abastecer el consumo interno de Argentina, pero por todo esto, me parece que vamos a estar muy lejos de esta cifra”, expresó.

También sobre los precios que se ofrecen los insumos agropecuarios, De Raedemaeker consignó la “preocupación” que tiene el sector agrícola para consolidar la compra tecnología para incrementar la producción, tal es el rol que tienen los fertilizantes en la producción local, y comentó que “el trigo además de ser una herramienta financiera tiene una importancia muy fuerte en la zona semiárida del centro del país, como lo es Córdoba, ya que es un cultivo que ofrece sustentabilidad a la producción agrícola local en siembra directa y requiere una provisión importante de fertilizantes”.

Crece el descontento del campo a la espera de mejores condiciones para liquidar

Cosecha gruesa

Para encarar la campaña triguera, más allá de los reclamos del sector de bajar carga impositiva, De Rademaeker indicó que en los campos de Córdoba “aún estamos esperando que lleguen las lluvias del Niño, ya que estamos muy complicados con las reservas de humedad en los suelos, y es posible que tengamos un tercer fracaso productivo en la cosecha de granos gruesos: los primeros números de los lotes cosechados, hablan de eso”.

“Ante un fracaso económico, generado por un fracaso productivo, estamos en Córdoba ante la necesidad acuciante de lluvias. No hay carga de perfiles de humedad por tercer año consecutivo. En ese contexto, el ajuste en el trigo debería ser necesario y casi de manual, para recuperarnos de lo mal que nos deja la cosecha gruesa de nuevo”, dijo.

“El año pasado tuvimos en la región mediterránea una caída importante de superficie y también de producción de granos. Y este año se espera algo parecido, salvo que aparecieran correcciones de precios o bien baja de impuestos, como quita de retenciones”, manifestó De Rademaeker.

Renuncias en Agricultura

De Rademaeker afirmó que al ruralismo lo “sorprendió y mucho”, la salida de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de funcionarios colaboradores de Fernando Vilella, como Pedro Vigneau y Germán Di Bella. Tal parece que “nunca lograron hacer píe en esta estructura de poder del gobierno del presidente Javier Milei”, dijo. 

Consideró que el área de Agricultura y Ganadera ocupa hoy “un rango de jerarquía de tercera” categoría por “llevar el área un rol de secretaría, lo que indica la importancia que se le da al sector en este momento, sabiendo que aporta siete de cada diez dólares que ingresan al país como divisas”.

Gi