Economía

Glustein: "Todavía no estamos completamente liberados del cepo y eso genera distorsiones"

El economista analiza la salida parcial del cepo cambiario en Argentina y advierte sobre sus efectos económicos y sociales en un país con fuerte dualidad monetaria.

Pesos argentinos y dólares (Cedoc/Perfil)

En diálogo con Canal E, el economista Federico Glustein dialogó sobre el actual escenario de flexibilización del cepo en Argentina y las tensiones que persisten tanto para personas físicas como jurídicas.

La Argentina está en una mayor apertura”, sostiene el entrevistado, pero aclara que el cepo no desapareció por completo. “El cepo es un conjunto de medidas, no es una única política. Algunas se relajaron, otras siguen vigentes”, explica el economista. Entre las restricciones aún activas, destaca el dólar turista, que mantiene un recargo del 30% y cotiza alrededor de $1580.

Para las personas físicas, hoy se puede operar libremente con dólar MEP o dólar oficial a través del sistema bancario, aunque se mantiene el límite de USD 100 en efectivo por ventanilla, ligado a controles de lavado de activos. “Pueden comprar lo que quieran, siempre que no sea en efectivo y que tengan fondos bancarizados”, señala.

Personas jurídicas: regulaciones más rígidas

Hay restricciones para que una persona jurídica pueda atesorar libremente divisas”, aclara Glustein, subrayando que esto depende del tipo y tamaño de la empresa. Aunque reconoce que ciertos controles también existen en países desarrollados, enfatiza que en Argentina generan incertidumbre adicional. “Uno no puede ir y comprar libremente 10 millones de dólares, aunque técnicamente pueda hacerlo, tiene que justificarlo”, indica.

Además, menciona que quienes invierten desde el exterior deben esperar 180 días para poder retirar activos. “Eso me parece razonable”, agrega, en referencia a normas similares aplicadas en otras economías.

El espejismo de parecerse a otro país

Al abordar la intención de parecerse a países más estables, Glustein advierte sobre los riesgos de forzar similitudes. “Parecerse a un país con economía estable no está mal, pero Argentina tiene particularidades, como su economía bimonetaria”, afirma. En su diagnóstico, “operamos en pesos, pero los valores están dolarizados”.

En ese sentido, llama a evitar la liberalización total sin controles, ya que podría incentivar una salida masiva de capitales. “Cuando se ingresan capitales, lo llamamos inversión. Cuando salen, lo llamamos fuga. Pero ambas cosas son parte de lo mismo”, afirma, remarcando que deben existir regulaciones para proteger la economía local.

¿Especulación o inversión? El riesgo del ‘carry trade’

Consultado sobre las operaciones especulativas conocidas como carry trade, Glustein reconoce: “Sí, en parte eso es carrizaje: venir, invertir en pesos, ganar, salir en dólares”. Pero aclara que no todas las operaciones financieras son especulativas. “Podés intervenir en bonos sin hacer carrizaje, pero la economía argentina es tan chica que unas pocas operaciones pueden desestabilizar el mercado”.

Describe cómo inversores extranjeros compran bonos soberanos, los hacen subir y luego se retiran, dejando a los inversores locales con las pérdidas. “El mercado argentino es más chico que el de Chile, y eso nos vuelve más vulnerables”, subraya.

La apertura también necesita equilibrio interno

Glustein cierra con una reflexión crítica sobre los efectos sociales de una apertura cambiaria sin políticas complementarias. “Cuando el dólar es barato, muchos aprovechan para vacacionar afuera o comprar bienes importados. Pero si no bajamos impuestos o no mejoramos la competitividad interna, nuestros productos y servicios no pueden competir”, alerta.

Hoy cuesta lo mismo un hotel en la costa argentina que en Brasil, o en Nueva York que en Buenos Aires. Esa competencia desleal perjudica la economía local”, insiste. Y concluye: “La libertad de elegir está bien, pero sin un correlato en la economía local, vamos a seguir viendo cómo se deteriora nuestra infraestructura”.