Opinión

Banderas argentinas en Malvinas

El gobierno británico de Malvinas prohibió la exhibición de símbolos patrios argentinos en las islas. Foto: Pablo Temes

No solo por su historia, sino también por su presente, Malvinas constituye un caso excepcional, un particular objeto de estudio para las ciencias sociales: el archipiélago austral es el único territorio de todo el mundo en el que ha quedado expresamente prohibida la exhibición de símbolos patrios argentinos. El portador de un emblema celeste y blanco será considerado un infractor a las leyes autoimpuestas por los kelpers.

A cuatro décadas de la absurda guerra iniciada por la última dictadura militar, es un delito hacer flamear una bandera argentina en las islas del Atlántico Sur, cuya soberanía está en discusión según lo establecido por las Naciones Unidas.

No se trata de una noticia, ya que la controvertida ley fue establecida hace dos años por el Consejo Ejecutivo de las islas. Lo que parece ser una verdadera (insólita) novedad es que semejante reglamentación no haya generado aún una protesta diplomática del Estado argentino por tratarse de un claro sesgo de antiargentinismo y de desprecio por la historia de un país, que no comenzó, precisamente, en 1982.

El gobierno británico que controla el archipiélago decretó que enarbolar los colores nacionales argentinos representa un “comportamiento inaceptable”. Y, de esa forma, los que “flameen una bandera argentina” en las Malvinas serán declarados “personas no gratas”. La legislación dispone que la fuerza policial local “le pedirá al individuo que guarde el símbolo nacional”. Si la persona se rehúsa, podrá ser detenida, se le retendrá el pasaporte y se lo deportará, a la vez que se le prohibirá regresar al territorio insular.

A cuatro décadas de la guerra, es delito flamear una bandera argentina en Malvinas.

La decisión representa un endurecimiento sobre una serie de disposiciones que se venían implementando desde hace un tiempo para restringir el uso de los símbolos argentinos en Malvinas. La idea de rechazar toda insignia celeste y blanca comenzó en 2014 con la iniciativa impulsada por Kris Thorsen, una isleña que reclamaba la reacción de la Policía Real para evitar la “angustia” que le provocaba ver esos colores y recordar la guerra desatada hace cuarenta años.

Entonces se difundió entre los kelpers un petitorio para exigir a la legislatura de las islas que sancionara una ley que pusiera fin a los intentos de exhibir cualquier tipo de insignias argentinas en Malvinas, sosteniendo que los isleños se sienten “provocados por esta bandera”. De esa forma, se creó la controvertida “jurisprudencia” que derivó en el rechazo argentino, que ahora es legal en las islas.

En marzo de 2019, ocho ex combatientes se convirtieron en los primeros argentinos detenidos en Malvinas por portación de bandera. La documentación oficial señaló que fueron acusados de mostrar “comportamiento inadecuado o insultos” y de enarbolar insignias argentinas con la imagen de las islas debajo de la leyenda “Territorio Argentino”.

Los ex combatientes argentinos son, precisamente, los más cuestionados por los isleños. Gracias a los acuerdos humanitarios establecidos entre los gobiernos de Argentina y del Reino Unido, los veteranos de guerra y sus familiares pueden volar a las islas regularmente para visitar el cementerio isleño de Darwin, donde yacen los soldados caídos en el enfrentamiento armado. Y los kelpers censuran cualquier símbolo argentino durante esos viajes.

En el cenotafio de Malvinas, donde están enterrados los soldados argentinos, no se permite ninguna presencia que recuerde la nacionalidad de los fallecidos: las tumbas no pueden portar ningún elemento que sea celeste y blanco.

De hecho, cuando en 2018 se organizó un masivo y emotivo viaje al cementerio de Darwin para identificar a los cuerpos de 88 ex combatientes que hasta entonces figuraban como “Soldado argentino solo conocido por Dios”, los veteranos y familiares de los caídos tuvieron que cumplir con la exigencia del gobierno británico: no llevar banderas argentinas, ni ningún otro símbolo patrio a las islas.

Ocho ex combatientes fueron arrestados en 2019 por "comportamiento inadecuado".

Prohibir una bandera es, hay que decirlo, un caso extremo. Solo podría ser justificable cuando la causa lo amerita, sin ningún tipo de dudas. En la historia reciente, es posible encontrar algunos antecedentes que así lo acreditan.

Cualquier utilización de emblemas del régimen Nazi constituye un delito de gravedad en gran parte del mundo. Los símbolos de movimientos neonazis también son prohibidos, especialmente, en Europa occidental. A la vez que, en Europa oriental, muchos países han vedado las referencias al comunismo. Por otra parte, en Sudáfrica es ilegal enarbolar la bandera del apartheid. Mientras que en algunos destacamentos militares de Estados Unidos no se permite hacer flamear los colores esclavistas de los confederados. Y en España tampoco es permitida la bandera franquista en los edificios públicos.

Pero en ninguno de los ejemplos citados se asocia a la dictadura que representa esa bandera con la historia de ese país. Por ejemplo, nadie puede caminar por París con una cruz esvástica en honor a Adolf Hitler, pero a ningún francés se lo ocurriría prohibir que alguien haga flamear la bandera alemana en territorio francés, que fue ocupado militarmente por el nazismo.

Es bueno que los habitantes de Malvinas rechacen a la dictadura argentina. Y, por si es necesario aclararlo para algún kelper desorientado, es importante recordar que también los argentinos han denostado a esos militares genocidas.

Por caso, en la recuperación democrática de Raúl Alfonsín se generó el contexto para que en 1985 se realizara el histórico Juicio a las Juntas, único antecedente mundial en el que un gobierno civil acusó y envió a prisión a los militares golpistas. Y un año más tarde Leopoldo Galtieri fue degradado y condenado a 12 años de cárcel por su responsabilidad en la guerra.

¿Pero qué significa que los kelpers rechacen la bandera argentina?

¿Pero qué significa que los kelpers prohíban la bandera argentina? ¿Se oponen a la historia y a la cultura de este país? ¿Cuestionan a San Martín, a Belgrano y a Sarmiento? ¿Reprueban a Borges, a Sábato y a Cortázar? ¿Están en contra de los cinco Premios Nobel entregados a científicos y pacifistas argentinos?

¿Rechazan en Malvinas a los miles de desaparecidos argentinos y a sus familiares? ¿Cuestionan a las Abuelas de Plaza de Mayo, que no renuncian a su búsqueda para darle identidad a cientos de nietos apropiados por el terrorismo de Estado? ¿Critican a los organismos de derechos humanos de Argentina, que siguen luchando contra el legado de la misma dictadura militar que los kelpers detestan?  

El 2 de abril de este año comenzaron días especiales también para los que habitan Malvinas. Pero allí celebran “el cuarenta aniversario de nuestra liberación”. Según el gobierno británico se trata de un programa destinado a conmemorar “la restauración de la libertad”.

Curioso caso el de una sociedad que defiende la libertad pero se ha vuelto autoritaria.