CASO CECILIA STRZYZOWSKI

“Vi un bulto y mentí por mi hijo”: Marcela Acuña se quebró y habló de la salud mental de César Sena

En una declaración que duró más de una hora y veinte minutos, la dirigente social dijo que “mintió por miedo” para proteger a su hijo, aseguró que vio “un bulto” en su casa el 2 de junio de 2023 y negó haber ordenado el traslado o la quema del cuerpo.

Marcela Acuña Foto: Juiciopor Jurados

La dirigente social, imputada como partícipe primaria del femicidio de Cecilia Strzyzowski, habló más de una hora y veinte minutos. Admitió que “mintió” para proteger a su hijo, dijo que el 2 de junio vio “un bulto” en la planta baja de su casa y que le pidió a Gustavo Obregón “que me saque el problema de encima”. Negó haber ordenado traslados o una quema y sostuvo: “No sé qué pasó”.

Marcela Acuña abrió su exposición con una idea que atravesó toda su declaración: “Creo que hice lo incorrecto, me comporté como mamá”. En varios pasajes se quebró y admitió haber mentido en público: “Mentí, mentí, mentí porque tenía miedo por César”. Planteó que su rol en los días posteriores al 2 de junio estuvo guiado por la necesidad de proteger a su hijo, a quien describió como formado “intelectualmente” pero con “lo emocional no desarrollado”.

Sobre su vínculo con la víctima, dijo: “A Cecilia la conocía, pero nunca tuvimos un enfrentamiento”.

El 2 de junio y la escena del “bulto”

Acuña reconstruyó su jornada del viernes 2 de junio de 2023. Dijo que por la mañana estuvo en el barrio, que cerca del mediodía vio a César con rasguños y que a la tarde, al bajar a la planta baja de su vivienda de Santa María de Oro, observó algo que la espantó: “Lo que yo vi fue un bulto. Yo no vi un cuerpo, una mano, un dedo. Vi un bulto”. Ubicó ese momento alrededor de las 16.30.

 

“Ese día hice mi rutina, no cometí delito”: Emerenciano Sena negó haber planeado el femicidio de Cecilia

 

Relató que salió de la casa y, ya desde el barrio, escribió a Gustavo Obregón: “Andá y fijate qué es lo que hay en mi casa”. Al ser consultada por su defensora sobre el mensaje donde se lee “sacá eso”, Acuña lo explicó así: “Que me saque el problema de encima… lo que sea, que me saque el problema”. Aseguró, sin embargo, que no sabía qué había ocurrido.

Mensajes, llamados y un cerco sobre César

En paralelo, dijo que contactó a Fabiana González, a quien pidió que fuera a su domicilio, y a Rita, porque veía a su hijo “extraño” y temía por su estado: “Tenía miedo por él… algo andaba fallando en su cabecita”. Confirmó cambios de chip y de teléfono por esos días y reconoció que el 8 de junio, cuando se presentó en la comisaría Tercera, evitó que a César lo llevaran a Sanidad: “No dejé que lo lleven… tenía miedo que quede preso”.

También admitió que, tras la declaración de su hijo, presionó a Fabiana para modificar su testimonial: “Creo que sí, creo que le pedí… estaba desesperada”.

Negaciones, límites y un “no sé qué pasó”

Acuña negó haber dado órdenes para trasladar o quemar un cuerpo: “No, nunca… No di ninguna orden de que lleven eso al campo ni de que realicen la quema”. Reiteró que “no sabe qué pasó” y apuntó contra la hipótesis de un plan preconcebido: “Si César quería matar a alguien, no la va a llevar a mi casa donde hay gente”. También rechazó que hubiera ofrecido viajes o viviendas para manipular la relación de la pareja: “Nunca”.

 

Los caseros de los Sena negaron haber participado del encubrimiento: “Que el verdadero culpable se haga cargo”

En varios tramos reconoció contradicciones y negaciones propias: “Entré a querer no saber… Yo misma silencié lo que supuse”. Sobre la frase que la compromete —“sacá eso”— insistió en que no conocía la entidad de lo que había visto y que nadie se lo explicó.

Críticas al proceso y disculpas públicas

La imputada habló de un “doble proceso” —“el mediático y el que estamos acá”— y cuestionó a fiscales y funcionarios por supuestas irregularidades. Aseguró que su familia fue “señalada” y que se hizo un uso político del caso. Pese a ello, ofreció disculpas: “Pido disculpas por haber mentido”, “le pido también disculpas a Gloria Romero”, “soy culpable de no haberme dado cuenta del estado de salud mental de mi hijo”.

Aseguró que esa profesional la llamó en su momento y le dijo: "Señora, su hijo está en una alarma roja". Admitió no saber qué significaba "alarma roja" ni haber profundizado en ello, explicando que ella tendía a evitar saber o darle una identidad a las cosas dolorosas, como un mecanismo de defensa para evitar sufrir. Acuña también señaló que, a pesar de tener mucha formación intelectual, César lo "emocional no desarrolló".

La dirigente terminó pidiendo que evalúen su conducta “con perspectiva” y volvió sobre su hijo: “Amo a mi hijo por sobre todas las cosasNo sé qué pasó”. Entre pausas, dejó una última definición: “Hice lo incorrecto… me manejé como mamá”.