La pandemia de Covid y el lado oscuro para la ancianidad

Perfil del aire: "Viajar en tercera clase"

El número de fallecidos por covid en España se acerca a las setenta mil víctimas y los ancianos muertos en las residencias supera la mitad de esa cifra.

Niños con abuelos Foto: Shutterstock

Ayer los medios españoles, entre las nuevas derivas de corrupción económica del rey emérito, las correspondientes al Partido Popular y las ayudas para empresas y autónomos que el presidente anunció en el Congreso, se hizo un hueco destacado para las imágenes de un grupo de 170 ancianos que viven en residencias de Madrid y que acudieron por primera vez, desde el inicio de la pandemia, a una función en un teatro de la Gran Vía.

Cuando estalló la covid, pronto se empezó a citar, de manera recurrente (y obvia), La peste de Camus. Con la segunda ola (y la tercera), también se volvió al autor para traer a cuento su interpretación del mito de Sísifo: ¿sería posible, en el breve descenso de la escalada de la piedra y antes de volver a repetir el sacrificio, reflexionar con un poco de claridad sobre lo que nos ocurre? Mucho menos, pero citada al fin, apareció La guerra del cerdo de Bioy Casares porque hubo momentos, sobretodo en la primera ola, en el que las residencias se convirtieron en bombas víricas que explotaban sin atención ni cuidado.

El número de fallecidos por covid en España se acerca a las setenta mil víctimas y los ancianos muertos en las residencias supera la mitad de esa cifra.

No solo en allí ocurrió lo peor. Un debate que se apagó y nadie ha vuelto sobre él, es el del triaje, es decir, el proceso mediante el cual un paciente es evaluado al llegar a urgencias en un hospital y el personal sanitario asigna los recursos que cree necesarios. Con las salas de terapia intensiva saturadas, hubo denuncias que apuntaron a una selección por edad, perjudicando a los mayores con menos posibilidades de sobrevivir.

En 1968, el gerontólogo Robert Butler llamó a esto «edadismo» (ageism), la discriminación por edad de las personas. En una entrevista publicada ayer en Le Monde, la socióloga Juliette Rennes, especialista en cuestiones de género y que coordinó la edición de la Enciclopedia Crítica de Género (La Découverte, 2016), en la que escribió la entrada «edad», equipara el «edadismo» en el mismo nivel del sexismo y el racismo.

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Sobre la relación de la tercera edad con la pandemia, Rennes dice que la situación ha permitido visibilizar la total falta de recursos destinados a las residencias (como se ha visto claramente en España con sus macabras consecuencias): el relato oficial habla de la protección del valor de la vida en términos de igualdad para todas las edades pero los hechos refutan esto.

Por otra parte, Rennes pone una cuestión radical sobre la mesa: no existen los ancianos, afirma. Al no formar parte de la tercera edad la mayoría de la población, no está incluida en el «nosotros» y pone como ejemplo, en la pandemia, los anuncios en los informativos cuando indican que «nosotros» podremos visitar a «nuestros ancianos» a partir de tal o cual fecha. «Si pensamos en el trabajo educativo que se ha realizado para comprender lo que revela el lenguaje sexista sobre las relaciones de género», afirma Rennes, «en realidad aún estamos lejos de esa reflexión colectiva sobre lo que significan y revelan las formas dominantes de hablar sobre el envejecimiento y la vejez».

El miedo a envejecer no es sólo la degradación física, sino también la relegación social y la pérdida de sentido. 

 

* Miguel Roig