Fusilaron de tres disparos a un comerciante en un kiosco de San Martín

"Que la vida nos llene de aventuras. Te amo siempre un poco más". "Chiqui", el comerciante de 56 años que fue asesinado en su local de la localidad de José León Suárez, recibía constantemente el afecto de sus hijos en las redes sociales. Abigail, una de sus hijas, escribió esa frase y la acompañó con una foto en la que posa feliz con su padre. No fue hace tanto: el 21 de junio pasado. 

"Chiqui" es Marcelino Luque, un laburante de toda la vida. Trabajó en fábricas de baterías, de plásticos y de calzados; en una metalúrgica de San Martín y fue empleado de la cadena de supermercados Tía. Ahora era independiente: atendía su propio kiosco en el frente de su casa de la calle 2 al 3300, entre Malvinas e Independencia, en el partido bonaerense de San Martín.    

Luque fue asesinado de un disparo el lunes pasado a la noche. Estaba atendiendo a un nene de 12 años cuando llegó un hombre en bicicleta, lo insultó y lo fusiló de tres disparos. “Le dijo hijo de p… y enseguida le tiró”, contó un vocero policial. 

Sus familiares lo subieron a un auto y llevaron hasta la guardia del Hospital Fleming. Allí intentaron reanimarlo. Pero no hubo caso. Había perdido mucha sangre. 

Los investigadores todavía no saben quién y por qué le disparó. En principio, descartan el móvil por robo y apuntan a una venganza o ajuste de cuentas. El autor nunca se interesó por la recaudación del comercio ni por llevarse algo de valor. Sólo llegó con un fin (o una orden): asesinarlo.

En la escena del crimen los peritos de la Policía Científica de la Bonaerense no hallaron vainas servidas, por lo que es probable que el tirador haya utilizado un revólver.   

Las fuentes indicaron que están tratando de reconstruir las últimas horas del comerciante y tomando testimoniales a las personas más cercanas para saber si recibió alguna amenaza en las últimas semanas. También salieron a buscar pistas en las cámaras de seguridad de la zona, aunque hay una sola cercana al negocio de “Chiqui” y aparentemente no funciona.

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En las redes sociales, familiares y amigos lo despidieron con dolor y resignación. Su hija Abigail volvió a compartir la foto que había posteado el mes pasado, pero con otro mensaje: "Me arrebataron a mi compañero de tantas risas, el verdadero amor de mi vida. Te voy a amar como siempre y un poquito más hasta que el destino nos reencuentre viejito. Te amo tanto papá".