Tom Jones volvió a presentarse en la Argentina y demostró que está cada día mejor
Después de siete años sin cantar en escenarios nacionales, llenó el Movistar Arena en una noche de lunes lluviosa. Pero adentro del estadio todo fue buena música, fervor, gritos y la lección de un cantante que a los 83 años tiene la voz, y la picardía inalterables.
Acompañado por cinco músicos excepcionales, Tom Jones volvió a cantar en nuestro país después de siete años de ausencia, y lo hizo ante un Movistar Arena repleto de fans que peinaban canas, como él. Pero también en una noche desapacible de lunes lluvioso, hubo caras jóvenes que siguieron cada intervención del intérprete con devoción. Es que El Tigre de Gales, pese a que va a cumplir 84 años en junio, mantiene una presencia activa y magnética en el escenario, al que llena simplemente con su grandiosa voz. No precisa más.
Arrancó el concierto casi a horario cantando I'm Growing Old With You, acompañado solamente por el tecladista, y se ganó al público de entrada. Agradeció la cálida bievnenida en castellano y preguntó si teníamos "ganas de pasar una buena noche". Los sí no se hicieron esperar, a los gritos, y durante una hora y media hizo uno tras otro grandes éxitos amalgamados con canciones nuevas, en tributo a diversos compositores como Cat Stevens, Burt Cacharach, Prince o Jerry Lee Lewis.
Con una formación musical que brindó toques más roqueros, actualizando los clásicos, Jones aclaró promediando la noche: "Quiero decir que es muy bueno darse una vuelta por Buenos Aires, Argentina", ante los gritos de todos los presentes. A la platea que lo ama les regaló, como parte de su gira Age & Stages Tour, temas de sus comienzos y más recientes, alternando los tiempos históricos y también aportando versiones remozadas que les confirieron actualidad. El sabe quién es, qué hizo y cómo lo quieren, y su entrega es acorde al cariño que se supo ganar en 60 años de carrera.
Y se nota que piensa en el paso del tiempo, no sólo por el recuerdo y el homenaje a amigos presentes o que ya cambiaron de plano como Elvis Presley, sino por hacer un tema de una letra tan conmovedora como la de One Hell Of A Life, escrita especialmente para él por una autora galesa, en la que dice que no filosofen o se lamenten cuando muera. Un tema que sobrevoló el concierto, el del paso del tiempo, en todo momento y que Jones supo convertirlo en celebración de una carrera impecable.
Pero también demostró su dinamismo y eso se nota primero en la elección de las canciones, porque "60 años no es nada". No faltaron Sex Bomb, Delillah (con arcordeón a piano), What's New Pussycat, Lazarus Man, You Can Leave Your Hat On ni Kiss de Prince. Pero la última canción, con la que terminó los bises, fue bien arriba y con todos bailando con él: nada menos que Johhny Be Good. Y él se despidió, con una gran sonrisa, diciendo "Buenos Aires te amamos", mientras el estadio lo celebraba con gritos, aplausos y las linternas de los celulares encendidas.
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